El Córdoba Futsal se desmonta ante un Peñíscola más eficaz

Hizo lo que pudo y no fue suficiente. El Córdoba Futsal salió escaldado del Pabellón Juan Vizcarro ante un Peñíscola cuya mayor virtud fue ser el de siempre. Hizo media docena de goles (6-2) con un alto nivel de efectividad con respecto a las ocasiones. Marcó, además, en momentos cruciales: justo después de que los blanquiverdes se adelantaran o tuvieran su oportunidad para meterse de lleno en el partido. Cometieron errores de grueso calibre. Y esto es la Primera División. Los de Josan no consiguieron neutralizar a su rival en un duelo directo por la Copa de España, una competición que se aleja un poco más para los cordobesistas después de encadenar tres derrotas en sus últimas tres citas de Liga.

Cara a cara

A ambos les sobraban motivos para salir estimulados, con el ego subido y la ilusión especial que conlleva hacer algo inesperado. Porque ni el Peñíscola, que no deja de ser un recién ascendido, ni el Córdoba Futsal, que salvó la vida en el último suspiro, parecían llamados a dirimir una plaza en la Copa de España -léase quedar entre los ocho primeros- a falta de un par de jornadas en la primera vuelta de la Primera División. Nadie les puede decir que estén ahí por casualidad. Se lo ganaron con un estilo de juego valiente, arriesgado hasta bordear los límites de la temeridad.

Nada más sacar de centro, primer disparo a puerta entre los tres palos del Peñíscola. Así se las gastan los castellonenses, una máquina de hacer goles... y de recibirlos. El Córdoba, tras ese primer ramalazo de inquietud, se metió en su papel de siempre. Rotaciones contínuas, intensidad en la presión, las subidas al ataque del meta Víctor... También, como es habitual, tuvo llegadas a la contra tras robos y situaciones en el área contraria en las que les faltó decidir mejor qué hacer. Los de Josan son machacones, hacen daño por insistencia. Un trallazo del meta Víctor hizo trabajar a su homólogo Gus.

Una acción brillante de Muhammad significó el 0-1. Se la dio Antoniazzi al tailandés, que burló a Paniagua girando el cuerpo y batió a Gus con un disparo colocado. El pívot besó el parqué en una celebración singular. El segundo estuvo cerca en una internada de Perin, que decidió finalizar con disparo cuando tenía a Muhammad totalmente solo en el segundo palo. El brasileño, enrabietado, lo intentó unos segundos después con un disparo escorado. Los de Josan González, bien plantados, pasaban por un momento de lucidez que contrastaba con cierto nerviosismo local. Ese estado incentivó su brío a la hora de irse al ataque. José Mario, con un zurdazo, puso a prueba a Víctor. 

El Córdoba defendía de un modo feroz, sin concesiones. Y arriba estaba presto a cualquier desliz. Un balón perdido en el área por Plaza lo cazó Muhammad, que armó rápidamente el tiro pero el portero le tapó bien. Vivía bailando en el alambre del error. Tras esa buena opción llegó el golpe: Juanqui robó la pelota a Pulinho, siguió la contra con Gauna y acabó finalizando para hacer el empate a uno.

El Córdoba se empezó a complicar en una ocasión de Guilherme, que no pudo resolver ante Gus y que pisó la mano al portero del Peñíscola, en lo que supuso la quinta falta de los blanquiverdes. Quedaban seis minutos aún en el marcador. Y llegó el momento del doble penalti a falta de cuatro. Le pegó duro Paniagua y Fabio Alvira desvió con el brazo izquierdo, necesitando asistencia tras dolerse por el impacto. La heroica acción de su compañero animó al resto. Una contra montada por Pulinho tras robo de Mareco la firmó con un disparo perfecto Zequi para el 1-2.

El horizonte esperanzador se desdibujó de repente con un tramo final de lo más turbio. Elías Beltrán la colocó de modo inapelable en la escuadra tras un pase de Juanqui para empatar. Segundos después, con el Córdoba jugando con el portero en ataque, Elías capturó un pase para marcar desde su campo con un disparo en globo. José Mario rozó el cuarto tras robársela a Antoniazzi. Al Córdoba, muy desquiciado, se le rompía el plan. Lo mejor que le pudo pasar fue la llegada del intermedio.

Un retorno electrizante

A los cinco segundos, el Peñíscola creó un alboroto en el área cordobesa que terminó con Zequi debajo de los palos y Fabio chocando contra su propio poste. El cuadro castellonense apretó con furia, buscando acogotar a los blanquiverdes. El pleito se volvía cada vez más áspero, con rifirrafes y enganchones entre los jugadores. 

Lucas Perin la tuvo clarísima en un mano a mano ante Gus, después de un robo de Antoniazzi, pero el brasileño se topó con el meta tapando bien el hueco. Y, claro, la respuesta fue rotunda. Agustín Plaza se la mandó a Carlos Saladié y este resolvió con plasticidad y eficacia: hizo una vaselina con el exterior y dejó planchado a Fabio. Un tiro al palo de Plaza ratificó el potente mensaje de un Peñíscola que tomaba el mando en el marcador, aunque no en el juego. La diferencia, clave, estaba en la capacidad de concretar.

Aicardo le hizo el quinto al Córdoba aprovechando un rechace de Fabio y metió a los suyos en la vía final hacia la victoria. Los blanquiverdes, con Muhammad de portero jugador, se fueron arriba en busca de un giro radical. Pero, claro, no se podían permitir errores atrás. Una pérdida de Perin provocó el sexto en contra. Josan pidió tiempo muerto para recomponer a un grupo que ya iba deshilachado, sobre todo en lo anímico. No pasó nada más, por fortuna para un Córdoba que vuelve a Vista Alegre el sábado ante el Xota Osasuna.

Suscríbete para seguir leyendo