La sociedad va que vuela en los temas de igualdad. Los guionistas y creadores de publicidad son quienes más sal le están poniendo al huevo, que unas veces va que chuta y otras es de pascua, cubierto de chocolate y relleno de sorpresas.

Esta nueva publicidad es una fiesta multicolor que trastoca los roles, le hace guiños al pasado mientras conecta con el futuro, rompe las reglas de juego en la convivencia laboral e innova las antiguas mitologías domésticas. Es una publicidad que se apoya en las humanidades pero las transgrede sin copiarlas. Se necesita ser muy artista y haber leído mucho y visto mucho cine y escuchado mucha música para hacer una publicidad que tantas veces supera el nivel del arte. También se necesita haber visto, y leído, mucho teatro. Nuestros nuevos creadores de publicidad son personas dinámicas, imaginativas y cultas: olé.

Estas personas, jóvenes o de espíritu joven, no se asustan por nada. Lo contrario de nuestros sesudos --y sesudas--, intelectuales, algunos de los cuales han puesto el grito en el cielo de "nuestra intocable literatura" por la creación de un llamado "Laboratorio para el Estudio de la Perspectiva de Género", que pondrá en marcha el Centro Andaluz de Teatro, dependiendo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y en colaboración con el Departamento de Antropología Social que en la Universidad de Granada se integra en el Instituto de Estudios de las Mujeres y que dirigirá la catedrática doña Aurelia Martín Casares.

He leído el texto de fundación de ese laboratorio y no he encontrado por ningún sitio la palabra "machismo", palabra que en cambio sí usan en sus escritos algunos de nuestros intelectuales, que parecen aterrorizarse en cuanto ven u oyen el temido vocablo, "género", o "de género", entre otras cosas, sospecho, porque no saben lo que significa, y humildemente creen que "género" es sinónimo de "mujer" o "mujeres". No señor. El género es una construcción social y cultural que se hace sobre hombres y mujeres y que cambia según la época y según el lugar, por lo cual el concepto de "lo masculino" no es igual en el siglo XVIII que en la Edad Media o que en la actualidad, e igualmente los usos y costumbres de "lo femenino" no son iguales en China que en Francia, ni en el amor cortés que en el siglo veintiuno en el que estamos.

Y del mismo modo que una persona que al día de hoy no conoce la informática es alguien casi "analfabeto", las personas que ignoran la teoría de los géneros, la construcción y los cambios del género en según qué roles, estereotipos, relaciones, usos y costumbres, son unas personas analfabetas en un instrumento tan básico como la informática, con la salvedad, claro, de que aquí el género no se considera o sólo se considera irónicamente esquematizado, como si su campo se redujera únicamente al sexismo o al machismo.

Que no. Quédense tranquilos nuestros sesudos --y sesudas-- intelectuales, que nadie va a cambiar los textos dramáticos, ni a mutilarlos, ni a prohibirlos (¿pero quién inventa esos bulos?).

Lo que va a hacer el Laboratorio para el Estudio de la Perspectiva de Género va a ser --entiéndase--, enriquecer, ampliar, considerar una serie de perspectivas por las cuales una representación de Antígona se comprenderá mejor si se sabe de la obediencia de las mujeres griegas; y el texto de Don Juan Tenorio habrá que comprenderlo estudiando que "el honor" de los hombres quedaba mancillado por una supuesta infidelidad de la hija o de la esposa. ¿Cómo entender, por ejemplo, que una madre soltera tiene que dejar a su hijo recién nacido en el torno, si no sabemos que la honra femenina quedaba irremediablemente perdida si se era madre antes o fuera del matrimonio?

En fin, perspectiva, perspectiva. No nos asustemos, por favor, que estudiar el género es tan necesario como estudiar la historia de las religiones o la mitología clásica o la informática. Cultura general.