Tragedia en la A-4. Ninguna de las 55 personas -dos conductores y 53 pasajeros- que viajaban a bordo de un autobús que cubría la línea Algeciras-Madrid podían imaginar lo que les esperaba en el kilómetro 361,300, en un cambio de rasante en el término de Montoro. Un camión averiado había quedado estacionado en el arcén, sin luz, y el autocar terminó empotrado en su parte trasera. El balance, 49 viajeros heridos y dos víctimas mortales: los conductores, de 57 y 51 años y naturales de Madrid y Linares, respectivamente.

Pocos minutos antes del accidente mortal, que ocurrió sobre las tres de la madrugada, el autobús había parado a repostar en el área de servicio de Pedro Abad. Durante media hora los pasajeros, casi todos de nacionalidad extranjera, habían tenido oportunidad para descansar del largo viaje, tomar algo y estirar las piernas. Era su parada habitual, como recordaba ayer a este periódico Miguel Vioque, empleado de la estación de servicio Abades: «Yo atendí al conductor -relataba aún conmocionado-. Suelen hacer una parada de 30 o 40 minutos y al marcharse nos depedimos hasta el día siguiente. Buenas noches y buen viaje, nos vemos mañana, nos dijimos». Poco podían imaginar que esa sería la última vez.

Minutos después, todo se truncó en un cambio de rasante en el que se había visto obligado a detenerse un camión que había sufrido una avería de tipo eléctrico. El propio conductor fue quien avisó al 112 para que le auxiliaran en la señalización del tráiler. Sin embargo, no dio tiempo. En unos escasos tres minutos el autobús se empotraba contra el camión. Aunque será la investigación la que determine cómo se produjo el accidente, las primeras hipótesis apuntan a un choque fortuito ya que el conductor del autocar no habría visto el camión parado en el arcén con tiempo para reaccionar. Tanto el conductor como su compañero, que viajaba en uno de los asientos delanteros, fallecieron en el acto y 49 de los pasajeros resultaron heridos de diversa consideración. Los adultos que salieron ilesos de la brutal colisión fueron los únicos que, más tarde, pudieron reanudar el viaje en otro autobús de la empresa Daibus, propietaria también del autocar siniestrado. Tres de los heridos leves se derivaron al hospital Alto Guadalquivir de Andújar (Jaén) y el resto fueron trasladados al Reina Sofía. Antes de eso y de la llegada de las asistencias, fueron los ilesos y los heridos leves, junto a los dos conductores del camión averiado, que tampoco sufrieron heridas, los que se afanaron por ayudar al resto de viajeros a salir del autobús, aunque algunos de ellos quedaron atrapados en el amasijo de hierros en el que se convirtió la parte delantera del vehículo.

LAS PRIMERAS HORAS // En el hospital Reina Sofía las primeras horas fueron de vértigo, complicadas aún más por las dificultades de comunicación con los heridos, de hasta nueve nacionalidades distintas -31 de origen marroquí, dos de Singapur, un colombiano, un ecuatoriano, un mauritano, un estadounidense, un rumano y uno más de Costa de Marfil, además de 16 españoles-. En el complejo hospitalario se atendió, según el último parte médico facilitado en la tarde de ayer, a 41 adultos de entre 25 y 70 años, 37 de los cuales recibieron el alta a lo largo de la jornada. Entretanto, en el hospital permanecieron 6 niños de entre 18 meses y 11 años hasta que sus padres fueron dados de alta. Al cierre de esta edición quedaban cuatro personas ingresadas -dos hombres y una mujer de entre 46 y 76 años en la UCI y una cuarta persona, de 47, en planta en el servicio de Traumatología, con pronóstico grave-.

La compañía propietaria del autobús accidentado, Daibus, envió a una persona hasta el hospital para asistir a los usuarios y hacerse cargo de los desplazamientos de las personas que iban recibiendo el alta.

A lo largo del día se produjeron diversas reacciones al accidente. El presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, agradeció especialmente el trabajo de los bomberos del parque de Montoro. La alcaldesa montoreña, Ana Romero, también lamentó el suceso, envió sus condolencias a los familiares de los fallecidos y deseó «la pronta recuperación de los heridos». La delegada del Gobierno de la Junta, Rafaela Crespín, estuvo en todo momento informada del operativo de emergencia dispuesto para asistir a los afectados y destacó «la buena coordinación con la Guardia Civil y el resto de operativos, así como la rápida intervención del operativo desplegado por el 112 y la asistencia prestada por los sanitarios de EPES».