Opinión | Tormenta de verano

La aventura de leer

Leer nos da vida, nos ofrece conocimiento y criterio y nos ayuda a ser mejores personas

En la semana internacional del libro y su animada Feria, llena de público, presentaciones y estands, tenemos que reivindicar el poder de la palabra y la lectura. En estos tiempos de tantos gritos y ruidos, de tantos prejuicios y banalidades, del impacto de las imágenes y las redes sociales, debemos enarbolar la bandera de la palabra como herramienta de comunicación, del pensamiento escrito para descubrir ideas, del libro detrás del que se nos enseña otras vidas, otras experiencias, otras historias y formas de estar en el mundo. Libros para entretener, para soñar, para viajar, para aprender y comprender, para descubrir nuevos horizontes. Libros de novelas que entretejen historias del interior humano en las que perderse. Libros de ensayo que argumentan posiciones sólidas o insospechadas que nos ayudan a entender el mundo. Libros de autoayuda que te colocan ante el espejo de tus debilidades y fortalezas. Libros de ciencia o de viajes, o de tantas otras cosas como la imaginación alcanza. Dicen que quien viaja vive dos veces, también el que lee libros lo hace.

Y qué poco leemos en nuestros días. En España se publica mucho pero se lee menos. Según la Federación del Gremio de Editores de nuestro país, lee en torno al 65 por ciento de los mayores de 14 años. Quizás sea porque vivimos apresurados y apenas nos da tiempo para un titular de prensa sin mayor profundidad; porque las herramientas digitales han sustituido al papel y la velocidad de comprensión que éste exigía; porque nos hemos vuelto más superficiales y nos quedamos en la epidermis de las cosas sin buscar sus causas ni contemplar sus efectos, y así nos valen cuatro mensajes normalmente estereotipados que reafirma un prejuicio anterior propio.

Leer nos da vida, nos ofrece conocimiento y criterio, nos hace rebeldes, nos ayuda a ser mejores. Hay que recuperar el valor de las ciencias sociales y de las humanidades como eje central en la formación de nuestros jóvenes si no queremos terminar en sociedades robotizadas y domeñadas. Que la semana de libro sea un carrusel que dure todo el año y todos los cursos. Junto al clásico aquel de «más libros, más libres», podríamos decir que más libros, más vivos. Atrévete con la aventura de leer.

*Abogado y mediador

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