Calenda

Malos tiempos para la tórtola

Se ha perdido el 70% de sus poblaciones

La tórtola está en declive en España

La tórtola está en declive en España / Shutterstock

José Aumente Rubio

José Aumente Rubio

Cuando más aprieta la canícula del verano el campo parece quedarse mudo. Solamente se escucha un machacón y casi continuo arrullo que aporta un tinte de monotonía al paisaje sonoro que llega a nuestros oídos. Si intentamos acercarnos a ese canto grave y adormecedor, a veces repetido sin interrupción durante horas, veremos cómo alza el vuelo -un aleteo espasmódico, como desgarbado, pero incisivo y poderoso- un pequeño colúmbido que se diferencia de sus rechonchos parientes, las palomas, por su gracilidad y ágiles movimientos. Se trata de la tórtola europea (Streptopelia turtur), visitante estival de nuestras tierras, que viene aquí con la primavera ya avanzada y apenas se queda cinco meses con nosotros, ya que, desde finales de agosto comienza su viaje de retorno a los cuarteles africanos de invierno.

Cada vez es más raro escuchar su monótono arrullo, símbolo universal del amor, ya que se estima que desde la década de los setenta se ha perdido el 70% de sus poblaciones a nivel global, motivada principalmente por la pérdida de hábitat relacionada con los cambios que se han producido en la agricultura, especialmente la disminución en la superficie cultivada de cereal. Actualmente se encuentra catalogada como especie vulnerable a nivel internacional y desde el año 2021 se ha impuesto una moratoria de su caza en toda España, aunque la especie sigue siendo cinegética. Esta situación contrasta con la de la tórtola turca (Streptopelia decaocto), que no ha parado de expandirse en España durante los últimos 40 años -fue vista por primera vez en la zona Cantábrica en la década de los sesenta- y que, a pesar de su carácter invasor, se trata de una especie no cinegética.

La tórtola turca, de tonos más claros y característico collar negro, tan común en nuestros parques, juega con ventaja ante una posible situación de competencia con la tórtola europea, porque tiene mayor tamaño, es sedentaria, ocupando una misma zona durante todo el año, y se reproduce varias veces a lo largo del ciclo anual con mayor éxito reproductivo total al de la tórtola común. Aunque la tórtola turca alcanza sus máximas densidades en ambientes humanizados, se ha comprobado que en los casos en que los hábitats de ambas especies se solapan, la presencia de la tórtola turca excluye la de la común, y a medida que aumenta la densidad de una en un lugar, disminuye la de la otra.

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