Agricultura

Montilla-Moriles da el pistoletazo de salida a la primera vendimia de la UE

La cooperativa agrícola La Unión, que desarrolla la campaña más importante de Andalucía, ha iniciado esta madrugada la recolección de la uva Chardonnay

Técnicos de la cooperativa agrícola La Unión de Montilla, durante el último control de madurez de este año. | JOSÉ ANTONIO AGUILAR

Técnicos de la cooperativa agrícola La Unión de Montilla, durante el último control de madurez de este año. | JOSÉ ANTONIO AGUILAR

Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

La zona Montilla-Moriles ya está de vendimia. Con cinco días de retraso con respecto a la campaña anterior y tras un exhaustivo seguimiento de la madurez de la uva que comenzó a primeros de este mes de julio, los técnicos de la cooperativa agrícola La Unión, una de las entidades de referencia en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, han dado esta misma madrugada el pistoletazo de salida a la recolección más temprana de la Europa continental.

Las elevadas temperaturas que se vienen registrando en la campiña sur cordobesa desde hace varios días han propiciado el inicio de la cosecha de la primera variedad de uva blanca, la Chardonnay, ideal para la elaboración de vinos jóvenes sin crianza.

«Aunque el año pasado comenzamos cinco días antes, algo completamente insólito, lo cierto es que el arranque de la vendimia nos sigue pareciendo muy temprano, aunque siempre es el estado de la uva el que manda», reconoció este martes, en declaraciones a CÓRDOBA, el director-gerente de La Unión, Francisco Fernández.

Según el máximo responsable de la entidad, que desarrolla desde hace años la mayor vendimia de toda Andalucía, «la uva no entiende de fechas, sino de las labores que los socios viticultores practican durante todo el año, así como de las lluvias recibidas y de las temperaturas a las que las viñas se tienen que enfrentar en los últimos momentos, justo antes de su recolección».

Cambio climático

En ese sentido, Francisco Fernández volvió a insistir en que «los efectos del cambio climático siguen muy presentes» en la zona Montilla-Moriles. «La variación térmica se deja notar, especialmente, en los campos de nuestros socios, donde se aprecian mermas en las cosechas y alteraciones en los propios ciclos vegetativos de las plantas», reconoció Fernández, quien añadió que «afortunadamente, cada vez existe más población concienciada con este tema y más consumidores que no solo buscan la calidad de los aceites y de los vinos sino, además, el compromiso de las empresas con un modelo responsable y sostenible de sus procesos».

Con todo, los técnicos de La Unión advierten que «el actual año climático ha estado algo mejor que el anterior», gracias fundamentalmente a las copiosas lluvias del mes de marzo -cuando Montilla registró más de 160 litros por metro cuadrado según los datos que ofrece la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG)- y a las temperaturas más suaves que han marcado el inicio del verano. «Todo ello ha garantizado una buena calidad del fruto y una cantidad algo superior a la de la pasada campaña», apuntó el director-gerente de La Unión.

Los técnicos de la cooperativa montillana iniciaron a primeros de mes el seguimiento y el control de madurez de las variedades más tempranas: Chardonnay, Moscatel, Merlot y Verdejo. «Observamos un ligero mayor tamaño del grano de la uva, una buena calidad sanitaria, una intensidad aromática alta y un estado de madurez ideal, por lo que ha llegado el momento de iniciar la vendimia», recalcó Francisco Fernández.

Recolección manual

La recolección manual del fruto (que se desarrolla entre las 7.00 de la mañana y las 14.00 de la tarde) se combina con la recolección mecanizada, una modalidad de trabajo que cumple dos décadas en el marco Montilla-Moriles y que se concentra entre las 4.00 de la madrugada y las 10.00 de la mañana. «Las cosechadoras permiten vendimiar una gran cantidad de racimos a salvo de las elevadas temperaturas que se registran en la Campiña en las horas centrales de la jornada», detalló Fernández.

El director-gerente de La Unión hizo hincapié en que los socios y el personal de esta cooperativa «afrontan esta nueva vendimia con mucha ilusión, con muchas ganas y con un poco de nervios, ya que son muchos días de trabajo los que dedicamos a nuestras viñas». Con todo, Fernández reiteró el compromiso de la junta rectora de la entidad a «hacer las cosas muy bien para, de este modo, defender los intereses de nuestros socios de la mejor manera posible».

Aunque es pronto para aventurar un aforo -la producción final depende de la evolución de las temperaturas diurnas y nocturnas, así como de las corrientes de aire cálido que se registren en los próximos cuarenta días-, todo apunta a una cosecha algo superior a la del pasado año, que finalizó con 26,09 millones de kilos, lo que representó una caída de algo más del 10% con respecto a 2022.

En los últimos tiempos, la campaña más productiva fue la del 2003, con 86,1 millones de kilos de uva, una cosecha que permitió elaborar 14,5 millones de litros de vino, de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes. Desde entonces, el Consejo Regulador sitúa en 2012 la peor cosecha de las dos últimas décadas.