Acofi reclama más recursos para investigar sobre la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica

Con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre la Fibromialgia, Encefalomielitis Miálgica/Síndrome de Fatiga Crónica, Sensibilidad Química Múltiple y Electrohipersensibilidad, la asociación Acofi, que en Córdoba representa a pacientes con algunas de esas patologías, ha enfatizado este lunes su «compromiso con la mejora continua en el tratamiento y reconocimiento de estas enfermedades crónicas, graves y a menudo invisibilizadas».

La presidenta de Acofi, Encarnación Sarriá, ante las diferentes autoridades que acudieron a una de las mesas informativas de este colectivo, ha demandado que «la investigación de la fibromialgia por parte del Imibic, el hospital Reina Sofía u otros centros de investigación necesita más recursos para diagnosticar y tratar estas dolencias, ya que «esos avances en investigación son necesarios para que los profesionales de atención primaria y especializada, sobre todo de la sanidad pública, tengan más herramientas para conocer lo que le nos ocurre a los pacientes y para ayudarnos a reducir sintomatología». 

Sarriá recordó que «son muchas las personas y familias afectadas en España por estas patologías y muchas las necesidades asociadas. Desde Acofi y SFC, y desde Confesq, que representa a más de 11.000 pacientes, nos unimos para demandar avances en la atención sociosanitaria, tales como formación integral en atención primaria, que es crucial para una correcta derivación a especialistas y para lograr diagnósticos más precisos, mejorando la coordinación del cuidado y los resultados de salud para los pacientes».

Fatiga crónica asociada al covid

Según Acofi, la fibromialgia se caracteriza por producir un dolor crónico generalizado, fatiga intensa, alteraciones del sueño, intolerancia a alimentos y fármacos. Afecta a entre un 3% y un 5% de la población, de la que un 90% son mujeres. El síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica es una enfermedad grave y multisistémica, que ocasiona Intolerancia al esfuerzo físico y cognitivo, afectando principalmente a los sistemas neuroinmuno-endocrinos. La sufre un 1% de la población y es una de las secuelas del covid persistente. Por su parte, el síndrome de sensibilidad química múltiple provoca intolerancia a sustancias químicas de uso cotidiano presentes en el medio ambiente, mientras que la electrosensibilidad es una patología aún no reconocida por las autoridades sanitarias, que afecta al sistema nervioso central y corazón y a mucha pérdida de funciones

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