El Ayuntamiento empieza a trabajar en un gemelo digital para el casco histórico de Córdoba

El Ayuntamiento de Córdoba ha sacado a licitación un contrato para empezar a trabajar en el gemelo digital del casco histórico, una copita virtual que recrea digitalmente esta zona de la ciudad y que permite analizar, gestionar y probar distintas variables sin tener que hacerlo de forma directa en el entorno físico. En concreto, lo que ha encargado la Delegación de Modernización Digital, que dirige Lourdes Morales, la prestación de los servicios de consultoría, análisis, diseño y programación necesarios para definir la arquitectura corporativa de tecnologías informáticas y de comunicaciones (TIC) del Ayuntamiento y que soporte el gemelo digital del municipi con su implantación y despliegue para la resolución de un caso de uso de aplicación de dicho gemelo digital al casco histórico.

Se trata de términos algo liosos, pero Lourdes Morales ya anunció, más o menos, para qué servirá este gemelo. En concreto, lo que busca el Ayuntamiento es contar con esa copia virtual del casco que servirá, por ejemplo, para que los empresarios puedan prever efectos de ciertas medidas que apliquen en la zona, para el despligue de telecomunicaciones o para el análisis que tengan que hacer las delegaciones de Urbanismo o Turismo.

Un gemelo digital permitirá gestionar y desarrollar el casco histórico de Córdoba

Como detalla el contrato, que sale a licitación por 14.938,86 euros y un plazo de ejecución de tres meses, los gemelos digitales permiten, en este caso concreto, que el Ayuntamiento se aproveche de las oportunidades de las tecnologías para planificar y tomar decisiones. Si antes de aplicar cierta política en el casco se prueba en su gemelo digital, el resultado será mucho más óptimo y, además, permitirá, entre otras cosas, ahorrar costes, tanto económicos como energéticos.

En el ámbito municipal, los gemelos digitales pueden aplicarse a multitud de ámbitos. Pueden servir para la planificación urbanística, para la movilidad o el tráfico y en el caso del patrimonio artístico, que afecta especialmente a la zona histórica, se puede emplear en desarrollar itinerarios culturales adaptados a la demada, experiencias turísticas enriquecidas mediante realidad virtual o la monitorización del estado de conservación de los monumentos en tiempo real.