Obituario

Fallece a los 90 años Rafael Ordóñez, fundador de la Taberna Rafaé

También fue futbolista, jugando en el Córdoba CF, Rácing de Santander y el Ceuta, entre otros

Rafael Ordóñez Domingo, fundador de Taberna Rafaé.

Rafael Ordóñez Domingo, fundador de Taberna Rafaé. / CÓRDOBA

Rafael Castro

Rafael Castro

El empresario de la hostelería Rafael Ordóñez Domingo, propietario y fundador de la Taberna Rafaé, en plena Judería, falleció el pasado 28 de junio, a los 90 años de edad.

Nacido en Córdoba, era hijo de una familia de bodegueros, Bodegas Ordóñez, situada en la calle Montero, que también disponía de varios despachos de vinos por la capital cordobesa. En el año 1975 adquirió una vieja taberna y la fundó en el año 1977 como Taberna Rafaé, en la calle Deanes. 

Estaba casado con Cecilia Galán, natural de Adamuz, que falleció hace diez años, y se conocieron en la capital cuando ella estaba estudiando. Se casaron en la iglesia de San Andrés, de Adamuz. Tuvieron dos hijos, Rafael y María Dolores. Tenía cuatro nietos.

Rafael inculcó a sus hijos los valores del trabajo, la constancia y «ser buena gente», como comentaba su hijo a este periódico. También fue futbolista, jugando en el Córdoba CF, Rácing de Santander y el Ceuta, entre otros. Su hijo continúa al frente de la Taberna Rafaé, heredando la vocación de sus padres. 

Un tándem perfecto

Rafael era un gran amante del vino y gran forofo del Atlético de Madrid. En el negocio, formaba un tándem perfecto con su mujer. Él en la barra y la sala y su mujer en la cocina, «ya que tenía muy buena mano para ello», añade Rafael Ordóñez Galán. Era y es un emblema del barrio.

Rafael fue ampliando y mejorando la oferta de espacio y productos en la taberna, manteniendo la esencia de siempre, y su hijo continúa con la renovación, manteniendo la barra de madera, ahora restaurándose. En el sótano de la taberna guardaba sus botas, de donde salían unos de los mejores vinos de la capital. Se marcha un gran hombre, defensor de la tradición tabernera cordobesa, dejando una huella indeleble entre los parroquianos de su barrio.