Tras la demanda de los constructores

Argumentos a favor y en contra de permitir más de 6 plantas en los pisos de Córdoba

Cómo ganar en edificabilidad sin perder la idiosincrasia de la ciudad

El residencial la Torre del Agua, el segundo edificio más alto de Córdoba

El residencial la Torre del Agua, el segundo edificio más alto de Córdoba / Manuel Murillo

Irina Marzo

Irina Marzo

La demanda que ha hecho el sector de la construcción para que en Córdoba se puedan construir viviendas de más de 6 plantas de altura sin necesidad de modificar los planes parciales, algo que no está permitido en la actualidad por el planeamiento urbanístico, ha sido recibida con prudencia por el alcalde que, no obstante, considera que debe producirse un debate sobre la cuestión. José María Bellido aseguró ayer que el gobierno municipal la tomará en consideración y la estudiará en profundidad.

La propuesta de los constructores

La presidenta de la Asociación de Constructores (Construcor), María Dolores Jiménez, defendió el lunes en el seno de la asamblea general del sector la necesidad de construir viviendas de más de seis plantas, que es el máximo permitido en la ciudad (planta baja más seis), al igual que ocurre en el resto de provincias andaluzas. En Córdoba se han construido ya pisos de más de 6 plantas (a ejemplos como la Torre del Agua se suman otras promociones de viviendas más recientes como las de la antigua fábrica de Baldomero Moreno), pero para hacerlo hay que promover una modificación de los planes parciales del PGOU.

Según los constructores, al construir más plantas conseguirían "más densidad de población, que las infraestructuras y viviendas bajen y se abarate el precio, pues ya se dispone de un suelo más barato, y que las propias comunidades de vecinos tengan menos costo a la hora de mantener esos edificios y esas urbanizaciones". 

La presidenta de Construcor, Dolores Jiménez.

La presidenta de Construcor, Dolores Jiménez. / Víctor Castro

La opinión del alcalde

Sin avanzar su preferencia aunque admitiendo que la propuesta de los constructores «puede tener aspectos positivos», Bellido observó que Córdoba ha crecido mucho en los últimos años y que tiene un modelo en altura «muy consolidado» desde hace muchas décadas. Por tanto, cualquier cambio en ese modelo tendría que ser fruto del consenso, dijo, y de un debate entre los grupos municipales y el conjunto de la sociedad.

En este sentido, Bellido cree que dicho debate debería producirse no solo en el seno del Pleno sino de los órganos de participación de los que disfruta la ciudad, como el Consejo Social, que preside Gabriel Pérez Alcalá. «Si el cambio se hace con vocación de continuidad debe contar con consenso», reiteró.

Foto de familia de los participantes en el acto de clausura de Construcor.

Foto de familia de los participantes en el acto de clausura de Construcor. / Víctor Castro

Por todo ello, el alcalde declaró que espera que Construcor le presente ahora una propuesta por escrito para empezar a trabajarla en la Gerencia de Urbanismo y que de manera paralela ese documento de los constructores pueda ser analizado por el Consejo Social, el órgano que tendría que posicionarse y decir si es una idea viable desde el punto de vista técnico y social.

Lo que dice la oposición

El portavoz de la oposición, Antonio Hurtado, entiende que se podría plantear mediante un «pacto de ciudad» combinando el aumento de la edificabilidad y, por tanto, el aumento de densidad en los planes parciales pendientes de desarrollo, con la mejora de los espacios verdes y de la movilidad no contaminante, para la lucha contra el cambio climático y con la bajada en el precio de la vivienda, al mejorar el precio de coste en la construcción. «No sería de recibo hacer viviendas más baratas gracias al aumento de la edificabilidad con mantener el precio de la vivienda, sin comprometerse a bajarlo», apunta el edil quien en ningún concepto permitiría que ese permiso se diera en la zona consolidada, ni en nuevos suelos urbanos que pudiesen pretender con la modificación del PGOU.

«Hay suficiente suelo urbanizable pendiente de desarrollo y ahí se podría plantear; me temo que la modificación del PGOU tenga como principal objetivo incorporar más suelo a la ciudad, cuestión que consideramos innecesaria, en tanto y en cuanto hay muchos planes parciales pendientes de desarrollo en el actual PGOU», concluyó.

Hacemos y Vox esperan conocer con precisión la propuesta de Construcor para dar su opinión. La portavoz de Vox, Paula Badanelli, se muestra abierta a una reflexión sobre el nuevo modelo de Urbanismo de la ciudad. "Al final ciudades más extensivas son más caras de mantener y probablemente esta propuesta pueda tener un efecto positivo en el precio de la vivienda, y que sea más asequible y más accesible a colectivos como los jóvenes", opina. Asimismo, Badanelli entiende que la demanda del sector podría hacer más sostenible el modelo "tanto para la ciudad, que soporta los costes de mantemiento, como para los promotores a los que si no le salen los números dejarán de invertir en nuestra ciudad".

El Consejo del Movimiento Ciudadano

Por su parte, el presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano, Juan Andrés de Gracia, rechazó que el debate sobre el nuevo PGOU se haga «en base de peticiones públicas». En este sentido, el representante ciudadano reclamó que el Ayuntamiento empiece a convocar a los colectivos para abordar la redacción del nuevo plan, dé a conocer los trabajos que se están haciendo ya y se inicie el proceso participativo oportuno. «Se debería crear una mesa de trabajo participativa porque ahora mismo desconocemos los trabajos que se están realizando y cuál es el sentido de esos trabajos», redundó De Gracia. 

Asimismo, en un comunicado posterior el CME ha mostrado su «oposición a que se generalice poder construir por encima de seis plantas en nuestra ciudad», al entender que la propuesta «solo beneficiaría al promotor y no bajaría el precio de la vivienda».

Lo que piensan los arquitectos

El decano del Colegio de Arquitectos, Juan Eusebio Benito, que expresa una opinión personal sobre la cuestión, defiende que una de las singularidades urbanísticas de Córdoba ha sido la homogeneidad en altura, que siempre ha estado muy regulada definiendo la imagen de la ciudad. Asimismo entiende que de permitir en un futuro la construcción de más de 6 plantas debería ser algo puntual, no hacerse de forma absoluta, y siempre que construir más alto no afecte ni a la densidad de población ni a la edificabilidad. «Es decir que si en un sector está prevista la construcción de 1.000 viviendas el construir más alto no implique construir 1.200, sino que haya más espacios libres», defiende. 

El residencial la Torre del Agua, el segundo edificio más alto de Córdoba

El residencial la Torre del Agua, el segundo edificio más alto de Córdoba / Manuel Murillo

El arquitecto Rafael Castelló parte de la consideración de que el tema de la altura es siempre delicado y complejo. «Me parecería bien pero no como planteamiento para la generalidad , sino que tendría que verse sector a sector, nunca en lugares sensibles, históricos o naturales», comenta. En todo caso, sostiene también que subir altura en determinados puntos de la ciudad implicaría un modelo de crecimiento más sostenible al ahorrarse desplazamientos y trayectos y permitiría que hubiera más zonas verdes y para el disfrute de la sociedad. «Más altura no puede suponer pérdida del bienestar ni disminución de zonas verdes, hospitales o colegios», apunta. Así, como propuesta, Castelló cree que merece la pena explorarla pero no de manera generalizada. 

«En la zona de expansión de Córdoba hemos hecho varios edificios de planta baja más 9 que han pasado bastante desapercibidos, pero han resultado una buena experiencia y no afectan visualmente», comenta. Por otro lado, entiende que inmuebles como el de la Torre del agua, con 14 plantas, o el que no se llegó a hacer, el Ojo del califa en el Eurostars Palace, son conceptos distintos: «Son estructuras que se levantan en puntos determinados de la ciudad, como hitos, en ese sentido no sería partidario de repetir estas construcciones en sitios donde no estuvieran justificadas», concluye.

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