Pieza patrimonial

El pilar del siglo XVII recuperado tras un robo se conservará en el Palacio de Santa Ana de Lucena

El vacío generado en el Cortijo Grande del Duque se ocupará con una réplica de la pieza

El pilar se localiza en un almacén de Patrimonio.

El pilar se localiza en un almacén de Patrimonio. / MANUEL GONZÁLEZ

Manuel González

Manuel González

El robo perpetrado a finales del año contra un pilar del siglo XVII provocará que nunca retorne a la fuente del Cortijo Grande del Duque de Lucena, su ubicación original. El Ayuntamiento, priorizando la preservación de este Bien de Interés Cultural, una vez recuperado por el Seprona de Rute, al término del pasado mayo, ha resuelto trasladarlo a una sala expositiva del Palacio de los Condes de Santa Ana. 

La delegación territorial de Cultura ha transmitido una “respuesta afirmativa”, confirmó ayer el alcalde de Lucena, Aurelio Fernández, sobre la solicitud remitida por el Consistorio. La catalogación de esta pieza, con una especial protección, requería de la autorización de la Junta.

La utilización de unos cordeles y una grúa en la sustracción del elemento arqueológico, cuyo peso alcanza los 800 kilogramos, causó unos daños ostensibles. La concejalía de Patrimonio, cuando culmine el traslado al edificio histórico de la calle San Pedro desarrollará un proyecto de intervención, que igualmente habrá de verificar Cultura, para subsanar los desperfectos. 

Réplica de 2008 en su lugar

El vacío generado en el Cortijo Duque por este pilar, singularizado por sus dos caras labradas, se ocupará con la réplica efectuada por el Consistorio en 2008 y que, precisamente, permanecía en el Palacio de Santa Ana. 

Actualmente, esta pieza, tallada con un escudo, probablemente de la orden dominica, con yelmo y campo ovalado; y la inscripción de su patrocinador, Ximez Manjon, familiar del Santo Oficio y la fecha de 1674, continúa, precintada por la Guardia Civil, en las instalaciones municipales de Patrimonio, ubicadas en el Complejo de Los Santos. La parte superior aparece cincelada con molduras y rematada en un tronco-cono convexo.

El primer edil lucentino justificó la decisión de resguardar el ejemplar original en la voluntad de “evitar” que “el patrimonio esté en peligro”.

Previamente, el Consistorio efectuó dos restauraciones, en los años 2008 y 2022, resolviendo diferentes degradaciones y una serie de fisuras, además de la recomposición de zonas afectadas. Además, anualmente, el Consistorio “limpiaba y desbrozaba”, explicó el arqueólogo municipal, Daniel Botella, el entorno del Cortijo Grande, colindante con una vereda autonómica. El Seprona halló este bien arqueológico en un negocio de venta de antigüedades.