Vuelven los grandes conciertos al aire libre

El Paraíso de Mikel Izal llega a Córdoba

El artista hace vibrar a la Axerquía en un concierto en el que ha presentado su primer álbum en solitario tras muchos años en la mítica banda ‘indie’ Izal

La noche cordobesa volvió, gracias a él y sus ‘Miedos’ y ‘Paraísos’, a los conciertos al aire libre por todo lo alto 

Uno de los más míticos teatros al libre de la ciudad de Córdoba se ha llenado este sábado para recibir por todo lo alto a Mikel Izal, quien, después de tomar la valiente decisión de empezar una andadura en solitario tras 12 años en uno de los grupos referentes del ‘indie’ español, no ha defraudado al público cordobés en una noche cargada de claros y oscuros, de miedos y paraísos, de canciones nuevas y antiguas, pero sobre todo de mucha calidad musical y emoción. 

El viaje musical que Izal y su banda tenían preparados para la noche del sábado en Córdoba empezó con El miedoy todo el público se dejó llevar por la melancolía y la pasión que desprende esta canción y se unieron a Izal para ponerle voz a sus miedos y dejarlos en algún lugar perdido de aquel teatro. 

La gula y su atmósfera envolvente, conseguida a la perfección por la banda que acompaña al artista, siguieron el hilo conductor de la noche a la perfección y movieron todos los corazones allí presentes a un mismo compás. Y acto seguido el viaje continuaba rumbo al jardín de los recuerdos del que Mikel Izal rescataba temas míticos de sus años en el grupo como Pánico práctico, Despedida, Inercia o La increíble historia del hombre que podía volar, que despertaron momentos inolvidables en la memoria de los más fieles seguidores, que han crecido junto al artista y esas canciones. 

El teatro de La Axerquía se llenó para recibir a Izal.

El teatro de La Axerquía se llenó para recibir a Izal. / Pablo Cabrera

Viaje musical y emocional

El viaje musical y emocional puso así fin a la parte del miedo y llegó El Grito. «Queda atrás el miedo, pero este fue el que me permitió soltarlo todo, sacarlo fuera y gritarlo fuerte» y el público cordobés lo gritó con él, fuerte y alto, llegando a todos los rincones de la Axerquía. Esta etapa del viaje la completaron tanto temas del nuevo disco como, nuevamente, temas del grupo que encajaban a la perfección en esta parte de la travesía. 

Fotografías, El presente, Pausa y La huida, fueron las perfectamente elegidas para ensordecer a la noche cordobesa al compás de la libertad de las canciones. Cerraron esta segunda etapa de esta aventura La Rabia y El Pozo, que pusieron el broche de oro de la misma poniendo a todo el público a bailar de la más liberadora manera posible. 

Clásicos de la banda

Y con el viaje llegando a su fin, vino la etapa más esperanzadora, la etapa de La fe. Etapa que se volvió a llenar con canciones recientes y antiguas y que mantuvieron la emoción a flor de piel en todo momento, canciones como La verdad, Meuiqèr, El hombre del futuro o Lo bueno. Pero también temas de las más conocidos y queridos de su etapa en el grupo como Pequeña gran revolución, El baile, Qué bien, Copacabana o La mujer de verde, que terminaron de revolucionar por completo la Axerquía e hicieron vibrar todos y cada uno de sus rincones gracias a «los locos» que se unieron «bailando hasta que todo acabe».

Y como todo viaje tiene que llegar a su destino, este lo hizo aterrizando en El paraíso personal que Mikel Izal había conseguido crear junto a todos los allí presentes en una noche cargada de emoción y liberación, de abrazos al alma y de disfrute de la música en su máximo esplendor. El artista se mostró muy agradecido con el público cordobés, que cogió con ganas esta inauguración de conciertos al aire libre.