Virginia Luque reivindica el papel divulgador de los historiadores

La historiadora Virginia Luquepresentó este lunes por primera vez en Córdoba Los sabios de Qurtuba, una obra que pese a haber pasado durante el mes de abril por la Feria del Libro, aún no había tenido ocasión de realizar su puesta de largo en la ciudad. El libro de Luque, editado por Almuzara y prologado por la arabista Carmen Ruiz Bravo-Villasante, ofrece una exhaustiva panorámica del amplio catálogo de mentes brillantes que habitaron en Al Andalus entre los años 716 y 1031, así como de las aportaciones que realizaron al mundo de la ciencia, la literatura, la poesía o la música. Doble máster en Arquitectura y Patrimonio y licenciada en Geografía e Historia, Virginia Luque aprovechó la ocasión para realizar un alegato a favor de la divulgación y de la necesidad de apoyar el trabajo que realizan los historiadores como ella desde el campo de la investigación y la ciencia, en contraposición con las «novelitas» que están proliferando en los últimos años por parte de personas no expertas que, en su opinión, «desprecian el trabajo de los historiadores y se aprovechan de las ventajas que ofrece la era digital».

En cuanto a su libro, escrito de una forma amena, «pero sin perder el rigor histórico», Virginia Luque ahonda en figuras nacidas o residentes en Córdoba durante el periodo estudiado como los pensadores Averroes o Maimónides, «a quienes debemos el conocimiento de la obra de Platón y Aristóteles porque fueron ellos quienes la tradujeron del griego», los poetas Ibn Hazm o Ibn Suhayd e Ibn Zaydun, inventores como Abbas ibn Firnas, estudiosos de la medicina como al Harrani, Ibn Yulyul o Al Katttani, que realizan cada uno en su campo de acción aportaciones que siguen vigentes hoy en día.

En este sentido, la autora explica que «la medicina de urgencias nació en el siglo X en Córdoba» y tiene como raíz El libro del árbol de Ibn Al Kattani, primer tratado sobre esta especialidad. También alude al nacimiento en Córdoba del primer tratado de Obstetricia y Ginecología, y se detiene en otros galenos como Hasday ibn Shaprut y los hermanos Al-Harrani. La nómina de personajes rescatados del olvido y «reubicados en el contexto de la época», algo que hasta ahora no se había hecho, asciende a más de un centenar. Entre ellos, figuran también algunas mujeres, cuyos nombres son aún más desconocidos por razones obvias y entre ellas apunta a una pléyade de mujeres calígrafas «como Aisha, una de las primera poetisas que vive de forma independiente de su propio sueldo, de lo que ella produce, y que es propietaria de una de las bibliotecas privadas de Córdoba de finales del siglo X» o de «la última poetisa de Qurtuba de la que tenemos noticia, una mujer que tendrá que salir huyendo del proceso de conquista de Fernando II El Santo», destaca.

En la presentación, junto al editor Manuel Pimentel, y la arabista Carmen Ruiz-Bravo, intervino Sebastián de la Obra, director de Casa Sefarad, que definió a Luque como «una excelente investigadora y una historiadora que construye su relato sobre herramientas científicas». En su opinión, «su obra es un verdadero catálogo de nombres, oficios y contextos, algo fundamental en el relato histórico», por lo que consideró que Córdoba «debe cuidar y reconocer su obra».