La Asociación de Allegados y Personas con Enfermedad Mental de Córdoba (Asaenec), que está concluyendo la conmemoración de su 30 aniversario, ultima las actividades que celebrará esta semana en torno al Día Mundial de la Salud Mental, que es el 10 de octubre. El presidente de Asaenec, Antonio Garrido, representa a una cifra creciente de personas que demandan el asesoramiento y la ayuda de esta asociación o que son derivadas a Asaenec por parte del hospital Reina Sofía o de otros hospitales de la provincia. Uno de cada cuatro cordobeses va a padecer a lo largo de su vida un proceso de enfermedad mental, la mayoría de tipo ansioso-depresivo, con carácter de leve a grave, que son los cuadros más numerosos que afectan a la población, pero también existen otras patologías más graves, que son las que necesitan una intervención más amplia por parte de los recursos sanitarios y sociales, asistencia que se extiende a su familia y entorno social.

-¿Por qué se vinculó a Asaenec?

-Tengo un familiar que padece una enfermedad mental y un amigo me aconsejó que solicitara asesoramiento y ayuda en Asaenec. Decidí pasarme por la asociación, me hice socio y mi familiar comenzó a recibir asistencia. Con posterioridad, hace cinco años asumí la presidencia de la asociación.

-¿Cómo se acepta el diagnóstico de la enfermedad mental que afecta a una persona querida?

-En primer lugar, la enfermedad mental no la acepta quien la padece, pero tampoco es aceptada por los familiares. Cuesta asimilar que le ocurra algo así a un ser querido. Por eso, desde Asaenec intentamos hacer ver a los familiares que su familiar padece una patología mental y hacer ver también la existencia de esta enfermedad a quien realmente la sufre. Con el fin de que la persona con enfermedad mental pueda desarrollar una vida lo más normal posible, porque está demostrado que puede conseguirse si esta persona tiene indicado un tratamiento farmacológico y psicólogico, adaptado a su caso. Hay que aceptar la enfermedad para ofrecerle la ayuda que necesita, que es mucha, ya que desgraciadamente sobre las personas con enfermedad mental sigue pesando un gran estigma, más el autoestigma que estas personas desarrollan y que les hace separarse de la sociedad. Por eso, tenemos que intentar integrar por todos los medios a las personas con enfermedad mental.

-¿Qué se puede hacer, que no se haya hecho ya, para que la sociedad deje de estigmatizar a las personas con patología mental?

-En este apartado tienen mucha responsabilidad los medios de comunicación. Depende de cómo se trate informativamente a las personas con enfermedad mental se puede hacer un bien o un mal. Cuando por ejemplo una persona mata a otra, en la inmensa mayoría de las ocasiones se achaca que padecía un trastorno mental y eso los medios de comunicación lo difunden muy alegremente, a pesar de que está comprobado que la incidencia en los índices de delincuencia de personas con enfermedad mental es mínima. En los juicios se usa mucho como atenuante que la persona que ha cometido un delito presentaba un trastorno mental en ese momento, pero en mi opinión no debería existir esa eximente. Porque las personas que tienen diagnosticada una enfermedad mental no van haciendo daño por la calle. A lo mejor van hablado solos, pero no hay que reírse de ellas, porque a nadie le parecería bien que alguien se burlara de personas que puedan presentar a lo mejor una discapacidad física, intelectual, sensorial o de otro tipo.

-¿Causa mucho sufrimiento que un familiar tenga enfermedad mental?

-Pues sí, Si los familiares sufrimos por tener a un ser querido con una enfermedad mental, el padecimiento que nuestros familiares con esa patología tienen es infinitamente superior al que tenemos sus parientes. Por eso, hay que transmitirles mucho cariño.

-¿Asaenec aprecia que existe mucho déficit de recursos sanitarios y sociales para las personas con enfermedad mental?

-Si la sanidad pública funcionara perfectamente las asociaciones de pacientes sobraríamos. Si la sanidad pública ofreciera atención psicológica y psiquiátrica a los afectados por enfermedades mentales y no los citara cada 3 o 4 meses pues seguramente no haríamos falta. Un paciente si tiene una crisis se tiene que ir a urgencias porque en 3 o 4 meses puede cambiar mucho la situación de la persona. En el ámbito social existen muchas deficiencias, sobre todo en la aplicación de la ley de dependencia. Existen muchas trabas para que a una persona con una enfermedad mental le reconozcan una situación de discapacidad que conlleve que la administración pueda concederle una prestación económica o cuidador. Hay quienes tienen por debajo de un 65% de discapacidad y les deniegan la dependencia, mientras que luego hay personas que teniendo un alto grado de discapacidad presentan una convivencia muy complicada con sus familiares. Para estos casos deberían existir más casas hogares y pisos tutelados, porque los recursos son limitados, con una adecuada cualificación por parte de los profesionales que los asisten, formación que Asaenec está dispuesta a prestar.

-¿Qué relación mantiene Asaenec con el hospital Reina Sofía y el resto de hospitales?

-Buena relación con los distintos servicios que existen en el Reina Sofía, Los Morales y Castilla del Pino y con los hospitales y con las unidades de salud mental de la provincia. La relación con la mayoría de los especialistas en salud mental es fructífera porque nos ayudan a resolver las necesidades de las personas con enfermedad mental. Tras recibir a los pacientes en sus consultas los derivan a Asaenec, con el fin de que se integren en la asociación y se beneficien de nuestros servicios. El seguimiento diario que se necesita a la hora de abordar estas enfermedades lo lleva a cabo nuestra asociación. Pueden participar de talleres y servicios muy distintos que mejoran su autoestima y contribuyen a su integración.

-¿A cuántos usuarios asiste ya la asociación?

-A 266 personas, de los que 106 son personas con enfermedad mental y otros 160, familiares. Hemos crecido en los últimos tres años un 10%.

-¿Se ha quedado ya pequeña la sede debido al incremento de usuarios a los que se atiende?

-Sí. Desde hace ya tiempo. Necesitamos que los profesionales que están atendiendo a un creciente número de usuarios puedan contar con un mayor espacio. Por eso, reclamamos tanto a entidades públicas como privadas que nos faciliten un espacio para ofrecer más servicios.

-¿Han merecido la pena estos 30 años de trabajo y de apoyo familiar que ha prestado Asaenec?

-Por supuesto. Los resultados que se están consiguiendo en la asociación son sumamente positivos. De hecho, existen personas que antes no podían salír ni de sus casas. Había algún usuario que hasta llevaba años ver la calle. Nos pidieron ayuda en la asociación y se ha conseguido que puedan volver a salir y que se relacionen. Con que una única persona, aunque son muchas, se haya beneficiado de nuestra dedicación para Asaenec representa un gran triunfo.