El cordobesismo necesita nuevos ídolos. Referentes. Jugadores comprometidos con la zamarra blanquiverde, con el proyecto de regreso al fútbol profesional y que tengan galones. Que hayan demostrado sus cualidades y su pasión por los colores del Córdoba CF. Por ello el pasado viernes, cuando fue anunciado el fichaje de Federico Piovaccari, las redes sociales estallaron de alegría. Euforia incluso, apenas contenida.

Llega uno de los nuestros, podría decirse que fue el titular que define el inicio de la tercera etapa del tanque de Gallarate en El Arcángel. Aunque este sábado, el foco estuvo en la ciudad deportiva. El club tenía previsto realizar el último entrenamiento previo al partido de este domingo ante el Yeclano a puerta cerrada, aunque cambió de opinión. Los entrenos del sábado suelen servir para desarrollar los últimos detalles trabajados durante la semana. Raúl Agné suele trabajar la estrategia a balón parado

Doscientos aficionados disfrutan del primer entreno del ariete italiano tras su regreso

Pero, al contrario que en lo que va de temporada, las gradas de la ciudad deportiva rebosaban de aficionados. Al acabar la sesión fueron muchos los niños que, acompañados por sus padres, se acercaban al veterano ariete italiano para sacarse una fotografía. Decenas de instantáneas que circularon de móvil en móvil gracias a las redes sociales y que ilustraron una mañana cargada de ilusión.

Más de 200 cordobesistas se dieron cita en la mañana de un soleado sábado para ver in situ las evoluciones de Piovaccari en un césped que conoce bien. Dos veces llegó a Córdoba y en las dos dejó buen sabor de boca. Especialmente la pasada temporada, donde fue de lo poco salvable del fracasado proyecto de Jesús León. Tanto ha ocurrido en tan poco tiempo, tantas figuras han llegado y se han ido en la propiedad, en la dirección deportiva, en el cuerpo técnico y en la plantilla, que la afición blanquiverde tiene hambre de referentes. De hombres que cumplan el papel de estandarte sobre el que unirse para defender una bandera maltratada y que rozó la desaparición.

El Córdoba CF no se hundió en las sombras de la historia y renació en el último momento para afrontar el tercio final de una temporada que debe ser la del ascenso a Segunda. Por la vía rápida, con buenas dosis de sufrimiento, pero cumpliendo el objetivo final. El club ha trabajado de lo lindo en el mercado invernal de fichajes para rearmar la plantilla. El proyecto ideado por Alfonso Serrano en verano sufrió una reforma tan grande que, de hecho, puede hablarse de revolución. Hasta diez jugadores abandonaron la nave blanquiverde en el mes de enero y otros siete, la mayoría de ellos veteranos y con experiencia, se montaron en el barco.

La incorporación de Piovaccari fue la guinda del proyecto renovado del Córdoba CF de Infinity, que ha sufrido una gran transformación y que este domingo tendrá su primera piedra de toque ante un rival de enjundia. Nadie esperaba que entrado el mes de febrero el Yeclano, un recién ascendido que debuta en Segunda B, estuviera en puestos de play off de ascenso y fuera el equipo más goleador del campeonato. Pero así es el fútbol. Son números, matemáticas implacables que ponen a cada uno en su sitio en el mes de junio.

Abonar el camino

Abonar el camino Un mes de junio en el que el Córdoba CF quiere estar peleando en las eliminatorias de ascenso por un puesto en Segunda. Rearmado en ataque con Moutinho, Valverde, Willy y Piovaccari. Con Luis Garrido, Jordi Tur e Iván Robles como alternativas en la medular y la defensa. Y con el ariete italiano sirviendo de referente, abriendo el camino por el que deben abonarse los éxitos en los poco más de cuatro meses de competición que quedan. Pasito a pasito. Sin prisa pero sin pausa. Y cada domingo llevándose la mano a la nariz, con su característica celebración, mientras El Arcángel estalla de alegría con el «Pío, Pío» como banda sonora.