La fama la lleva la «cuesta de enero», pero... ¿Qué més carda la lana de las dificultades económicas de los hogares? Por ahora no hay estudios rigurosos, pero hace ya muchos años que se oye decir, principalmente a las familias con hijos en edad escolar, eso de «para cuesta, la de septiembre»: toca pagar material, libros en algunos casos, uniformes en otros y, en general, la ropa de invierno, pues la chiquillería no va a parar de crecer para que le queden bien las deportivas del curso pasado. También gana adeptos febrero, ya que enero, aunque sea de mucho gasto visto lo que nos gustan a los españoles las tradiciones navideñas, al menos se compensa en muchos casos con la paga extra. Febrero se hace empinado... aunque, por suerte, dura menos.