Llega el verano y son muchos los que se lanzan al turismo de sol y playa, disfrutando de algunas de las localidades de mar de Andalucía. Ya sea Huelva, Cádiz, Málaga, la costa tropical granadina y Almería, las posibilidades son enormes. Buena muestra de ello es la tendencia histórica reciente de los cordobeses a tratar de hacerse con una segunda vivienda en la Costa del Sol para hacer de ella el núcleo central de sus veranos familiares.

Una alternativa al turismo de sol y playa

No obstante, hay alternativas para los que deseen cambiar de hábitos y huir de ese turismo masificado de sombrilla, chiringuito, tortilla de patatas y pugna por un hueco en la arena. Para salirse del mix de YouTube del chiringuito preferido hay otras opciones turísticas sin tener que abandonar Andalucía.

Casas blancas en Frigiliana. Alejandro Herrero

En contacto con la naturaleza

Una ruta, de hecho, que conecta varias localidades de interior, enclavadas en diversas serranías y sierras de las provincias de Cádiz, Málaga y, en menor medida, Granada. Con casas blancas encaladas, macetas de flores, aire puro y limpio, contacto con la naturaleza y multitud de posibilidades para los amantes del senderismo.

Se trata de los pueblos blancos de Andalucía. Una denominación que une a localidades como Frigiliana, Ronda, Casares o Cómpeta, en el interior de la provincia de Málaga. O Arcos, Bornos, Setenil de las Bodegas y Zahara de la Sierra, en Cádiz. Sin olvidarnos de Montefrío, Pampaneira, Trevélez o Salobreña, en tierras nazaríes.

Setenil de las Bodegas está excavado en la roca. Perderse por sus calles es simplemente inolvidable. CÓRDOBA

La mejor gastronomía gaditana

En el caso de los pueblos blancos de Cádiz, responden a esta denominación, según el portal oficial de turismo de España, un total de 19 localidades: Arcos de la Frontera, Bornos, Algodonales, Espera, Villamartín, Torre Alháquime, El Gastor, Olvera, Alcalá del Valle, Prado del Rey, Ubrique, El Bosque, Benaocaz, Villaluenga del Rosario, Zahara de la Sierra, Grazalema, Puerta Serrano, Algar y Setenil de las Bodegas.

Allí no sólo dispondrás de enormes posibilidades de alojamiento en casas rurales, apartamentos turísticos, hoteles u hostales. También tendrás la posibilidad de disfrutar, en plena Sierra de Cádiz, de una rica gastronomía. Guisos con pollo de campo, arroz con conejo, diversas chacinas como el famoso chicharrón de Cádiz o el cerdo ibérico mechado, quesos de gran calidad y, para regarlo, los vinos de Sanlúcar y del Puerto de Santa María que llegan hasta los pueblos blancos para abrir el paladar de sus visitantes.

Una vez saciado el apetito abierto con las rutas senderistas y la búsqueda del contacto con la naturaleza, el visitante puede acudir hasta Setenil de las Bodegas, en el límite entre la provincia de Cádiz y la de Málaga, para merendar un rico queso payoyo y maravillarse de una localidad excavada en la montaña.

Vistas de la sierra malagueña desde Ronda. Los pueblos blancos andaluces están rodeados de naturaleza. CÓRDOBA

En busca de la historia en Málaga

Las grutas y cuevas que hay alrededor son famosas por sus yacimientos arqueológicos y pinturas rupestres. Conectan con Ronda, joya absoluta del centro de Andalucía con una magnífica plaza de toros y el legado patrimonial que atesora en su rico casco histórico. Las mismas calles que recorrieron Orson Welles o Ernest Hemingway y que inspiraron algunas de las fábulas más apasionantes de la literatura mundial.

Más cerca de Córdoba, junto a la Costa del Sol, pero en el interior, uno puede pasear por las estrechas calles y pasadizos de Frigiliana y recordar allí su pasado morisco. En Casares el castillo, de origen árabe, otea desde la parte más alta del pueblo siglos y siglos de historia.

Sin olvidarnos de Granada

En Pampaneira, las calles llenas de colores y las tiendas de artesanía sirven de epicentro para la construcción de recuerdos. Una pulserita de cuero que te acompañará el resto del año y te hará recordar uno de los pueblos más bellos y serranos de Granada.

Es la puerta de entrada a los pueblos blancos granadinos que tienen en Trevélez a uno de sus estandartes. Situado a más de 1.500 metros de altura, en Trevélez, ubicado en una de las faldas del pico Mulhacén, en plena Sierra Nevada, el visitante puede perderse entre sus 850 habitantes y disfrutar de sus aguas, que nacen del deshielo de esta mítica sierra granadina. Sus dos ríos son dos de los que más truchas tienen de toda España, por lo que los amantes de la pesca tienen en Trevélez una opción más que recomendable en verano.

En cualquiera de estos pueblos blancos, sea en Cádiz, Málaga o Granada, la oferta turística es amplísima: degustaciones, ferias, catas, mercados, rutas senderistas, paseos en caballo, en burro, yacimientos arqueológicos y todo ello acompañado de la mejor comida y bebida tradicional de nuestra tierra.