Opinión | El triángulo

Ayuso y Milei, un problema para Feijóo

Milei ha vuelto a España, a Madrid otra vez, para repetir su retahíla de ataques al Estado del bienestar, al socialismo y a Pedro Sánchez. En su primera visita fue invitado a un mitin organizado por Vox en precampaña electoral para las europeas; esta segunda vez ha acudido directamente a la Puerta del Sol a estrecharle la mano a Ayuso en la sede del Ejecutivo de todos los madrileños. La presidenta del PP de Madrid ha decidido respaldar su discurso, deslegitimar a Feijóo como líder nacional de su partido y saltarse la lealtad institucional ejerciendo funciones en política exterior, que es competencia exclusiva del Gobierno de la nación. Todo de una sola tacada.

Que Ayuso lleva tiempo mirando de tú a tú a Sánchez es indiscutible, incluso en su propio partido. Es quien le hace oposición, por encima de un Feijóo que, aunque lo intenta, no logra subir el escalón que necesita para liderar el PP. La presidenta de la Comunidad de Madrid no se lo está poniendo fácil. Su aparente carácter colaborativo y respetuoso con el presidente de los populares ha sido poco creíble desde el principio. Está decidida a llegar a la Moncloa con un carácter más fondista que explosivo, algo de lo que algunos dudaban.

El paso de gigante que ha dado invitando al presidente argentino sorprende, incluso, a los que se sitúan a la derecha del PP. En Vox han visto cómo Ayuso se muestra decidida a certificar su papel de lideresa de toda la derecha, la cobarde y la envalentonada. Pretende aglutinar bajo su paraguas a todo aquel disconforme con el Gobierno y ávido de políticos supuestamente rebeldes y populistas. Ya no hace falta una crisis económica para despertar a los airados con el sistema, ahora es suficiente con construir relatos alternativos. Es posible convencer a miles de españoles de que lo que están viendo sus ojos no está sucediendo. Como el cuento de Andersen, el emperador lleva un traje nuevo, aunque vaya desnudo. Y cuantas más voces repitan esa afirmación, más personas lo creerán.

Con este gesto hacia Milei, Ayuso ha hecho algo más. Ha amparado su discurso de odio y compartido su estrategia política. Desde este fin de semana vincula al PP con el extremismo del presidente de Argentina, un político decidido a privatizar una gran parte de los servicios públicos, a amnistiar fiscalmente a los más ricos y liquidar cualquier intento de prosperidad que aspire a la igualdad social. No parece que eso vaya a pasarle factura, lo previsible es que Ayuso salga todavía más fortalecida y engrandecida, dentro y fuera de su formación política. La presidenta está tejiendo una red tan resistente que acabará convertida en una tela de araña en la que muchos españoles, incluido Feijóo, caerán atrapados.

*Periodista

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