Opinión | Entre líneas

Goles políticamente incontestables

Son tiempos extraños en los que todo puede interpretarse de una u otra forma según convenga a los intereses políticos... Salvo los goles

Poco que añadir a lo mucho que se ha dicho de ese ejemplo de éxito que ha sido el de la selección española de fútbol en la Eurocopa, que me alegra un montón más allá de los laureles deportivos aunque solo sea porque, en cierta forma, se trata de un servicio público. Quizá el más caro que tenemos en relación a los beneficios objetivos. Y que un servicio público funcione así de bien... No deja de ser otra una buena noticia.

Al respecto, fue impagable ese artículo de opinión del catedrático de la UCO, profesor de Historia del Derecho y gran futbolero, Manuel Torres Aguilar, en la edición del pasado domingo de Diario CÓRDOBA tanto por su visión histórica como por la descripción de esa Europa plurinacional y multiétnica que existe en los grandes países de la UE y se refleja en sus selecciones nacionales de fútbol. Quizá en España mucho más tardíamente que lo que ya se veía desde hace tiempo en Alemania, Inglaterra o Francia, con grandes metrópolis que acogen a millones de nacionales de familias provenientes de sus antiguas excolonias. Después he leído otras muchas columnas en las que el éxito de la selección española se plantea como un ejemplo de la necesidad de trabajar entre territorios y grupos distintos para alcanzar nuevos logros.

Como digo, hay poco más que aportar al debate, salvo una reflexión: la paradoja de ver cómo en estos tiempos se están retorciendo no solo los argumentos políticos, que las palabras siempre han sido muy volubles, sino que también hasta unos mismos datos objetivos de desempleo, de pobreza, de criminalidad, de turismo o de desarrollo son fácilmente reinterpretados y a veces torticeramente utilizados para hacer dar a entender que España va de lujo o, por otro lado, el país roza la miseria al borde de su ruptura, según convenga y el ascua caiga más o menos cerca de la propia sardina.

Y frente a todo ello, lo curioso que resulta el que final lo único incontestable políticamente sean los goles. Que se lo digan a las selecciones de Croacia, Italia, Francia, Alemania e Inglaterra... Y a aquellas formaciones políticas que se auto arrogan la autoridad de decir quién es español y quién no.

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