Migraciones

La ruta alicantina de pateras ya es la más mortal que llega a la península

La entrada por las costas de Almería, Murcia y Baleares y el sur de la Comunidad Valenciana deja 175 ahogados en cinco meses y se disparan un 30% desde 2023

Cementerio de pateras en El Verger, en Alicante.

Cementerio de pateras en El Verger, en Alicante. / Axel Álvarez

Gonzalo Sánchez

Alrededor de 175 muertos en 5 meses. Es el balance de víctimas que deja la ruta argelina de pateras (la que llega a las costas de Murcia, Almería, Baleares y Alicante) en los primeros 5 meses de 2024, según el colectivo Caminando Fronteras. Más de un muerto al día en la ruta más letal desde el norte de África.

La ruta Canaria sigue liderando el drama por mucho, con 4.808 personas fallecidas en solo cinco meses. Tras la argelina se sitúa la ruta de Alborán (47 muertos) y la del Estrecho (24). Son cifras de los primeros cinco meses del año, sin contar la temporada de verano, cuando las llegadas se disparan debido al buen tiempo y el estado de la mar.

Caminando fronteras estima que los 175 muertos corresponden a 9 tragedias en alta mar. Ninguna de las muertes está confirmada pero el colectivo que trabaja en contacto con las familias explica que ninguna de ellas ha recibido noticias de su ser querido. En el primer semestre del año pasado fallecieron 102 personas en esta misma ruta, lo que quiere decir que las muertes han aumentado un 31% de un año para otro.

El histórico arroja que unas 2.000 personas han muerto o desaparecido en las aguas de la ruta en los últimos 5 años. Las muertes aumentan cada curso a medida que la ruta crece, ya que hasta el año 2019 la ruta no se consolidó con llegadas habituales.

A la capital más cercana

La ruta argelina es una de las tres principales hasta España, por detrás de la canaria y la del mar de Alborán. Los trayectos son simples; la embarcación tiene como destino la capital española más cercana.

Los principales puntos de salida hacia Murcia son Orán y Mostaganem. Tipasa o Chlef suelen embarcarse hacia Alicante. Y las pateras que parten de la capital Argel o de Boumerdès, más al norte del país, acostumbran intentar llegar a las Islas Baleares.

Los cerebros de las mafias de pateras de la ruta argelina se hacen llamar «hawaladares» y se asientan en Alicante. Son personas interpuestas entre Argelia y España que «contratan» las travesías, compran las embarcaciones y sus motores de gran caballaje e incluso ayudan a los patrones que tienen problemas a volver al país africano. En concreto, son los financiadores de estas redes de tráfico de personas. Así lo concluye una investigación de la Guardia Civil a la que ha tenido acceso este periódico.

La distancia mínima de la travesía es de unos 160 km, y suelen tener entre 5 y 6 metros de eslora y dos de manga, con motores de 60 a 140 caballos de potencia. La Guardia Civil destaca la alta peligrosidad de la ruta, al ser el Mediterráneo un mar cerrado y por la saturación de las embarcaciones (con entre 15 y 20 personas a pesar de que el máximo es 10). Por eso, según explican, los naufragios son «cada vez más habituales» y «los cadáveres aparecen en la costa varios días después de tener conocimiento o ser alertados de ellos» El precio más común por esta travesía oscila entre los 2.000 y los 4.000 euros, en función de la embarcación lenta o rápida, aunque puede ser más caro.

Los cerebros de las mafias están en Alicante

«Harraga» es el nombre que reciben los migrantes argelinos que huyen del país para escapar de la miseria. Se ha convertido en un fenómeno social, especialmente entre la juventud del país. Un movimiento que las mafias han aprovechado para ganar dinero con el tráfico de personas. Los cerebros de estas organizaciones criminales se asientan en Alicante, según una investigación reciente de la Guardia Civil. 

Dentro de la ruta se pueden identificar dos zona. La primera es la zona del Poniente, que abarca desde el litoral de la capital hasta Adra. Después está la zona de Levante, que alcanza desde Almería hasta el límite de la región de Murcia, en la que prevalece la llegada de migrantes de origen argelino, aunque también de palestinos, marroquís o bangladesís.