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Adiós al arroz: los motivos por los que recomiendan retirarlo de la dieta

Es una de las peores reflexiones que se le pueden hacer a los españoles, amantes de la paella, pero tan necesaria como una dieta equilibrada.

Adiós al arroz: los motivos por los que recomiendan retirarlo de la dieta

Un arroz chaufá en Perú, un niguiri en Japón, un arroz con mango en Tailandia o la clásica paella española: cualquier persona que ame viajar (o que tenga una relación estable con su cuenta de Just It) sabe que el arroz es un ingrediente de importancia mundial: desde Asia hasta América, este grano ha sido un elemento básico en la dieta de miles de millones de personas durante siglos.

Si buscamos una explicación a un éxito más apabullante que el de Los Beatles, podemos encontrar respuesta en distintos factores como su versatilidad, su sabor suave o capacidad para acompañar una amplia variedad de platos.

Pero, a pesar de esta realidad incontestable y de los múltiples beneficios que tiene el incluir arroz en la dieta (con moderación y supervisión profesional) siguen existiendo escenarios en los que muy a nuestro pesar tengamos que decir "adiós" al arroz de la dieta.

En el primer puesto, un motivo para decirle "arrivederci" al arroz es que es una fuente significativa de carbohidratos, y aunque estos son una parte esencial de una alimentación equilibrada, en algunas situaciones su consumo excesivo puede ser problemático. Para aquellos que buscan controlar su ingesta de carbohidratos o mantener niveles estables de azúcar en sangre, el arroz blanco, especialmente, puede provocar picos de azúcar en sangre debido a su alto índice glucémico.

Además, el arroz blanco carece de muchos de los nutrientes esenciales presentes en otras variedades de arroz como el integral o el salvaje. La falta de fibra en el arroz blanco puede llevar a problemas digestivos y al estreñimiento, lo que puede ser incómodo y perjudicial para la salud a largo plazo.

Otra razón por la cual algunos expertos desaconsejan el consumo de arroz es su contenido de arsénico. El arroz tiende a acumular arsénico más que otros cereales debido a su forma de crecimiento y suelos de cultivo. El arsénico es un metal pesado que, en exceso, puede tener efectos negativos en la salud, incluyendo un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Esto es especialmente preocupante para los niños y las mujeres embarazadas, ya que pueden ser más susceptibles a los efectos del arsénico.

Sin embargo, no todos los arroces son iguales. El arroz integral y el arroz salvaje son opciones más saludables en comparación con el arroz blanco, ya que retienen más nutrientes y fibra. Estos tipos de arroz tienen un índice glucémico más bajo, lo que ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre estables y proporciona una sensación de saciedad más duradera.

Además, se puede mitigar la exposición al arsénico en el arroz siguiendo ciertas prácticas de cocción, como enjuagarlo antes de cocinarlo o cocinarlo en agua abundante y luego desechar el agua de cocción.

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