Hoy en Valladolid no se habla de otra cosa. Imposible no sacar el teléfono cuando pasamos por debajo y cuando abrimos la ventana la imagen es aún peor. Así ha quedado parte de la cúpula de la Iglesia de Vera Cruz. Un símbolo de la ciudad levantado hace 500 años. Ha resistido a todo menos a los últimos trabajos de restauración. La bóveda ha caído a plomo a 24 metros de altura. Se derrumbó justo delante del altar. Las imágenes devocionales y las tallas de Gregorio Fernandez han quedado llenas de polvo, pero intactas. En el momento del derrumbe trabajaban 6 operarios en el tejado de la iglesia. Afortunadamente se encuentran en perfecto estado. El arquitecto responsable asegura que hace ya una semana se detectaron grietas y ya se había advertido del riesgo de desprendimientos.