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Play off de ascenso a Segunda División: así van el Córdoba CF y sus rivales

El cuadro blanquiverde buscará el ascenso este domingo en El Arcángel tras el 1-1 de la ida en el Johan Cruyff

Por el otro lado del cuadro, el Málaga empató con el Nástic en la vuelta de su final y regresa al fútbol profesional

La afición del Córdoba CF anima al equipo durante el choque ante el Baça Atlétic.

La afición del Córdoba CF anima al equipo durante el choque ante el Baça Atlétic. / manuel murillo

Diario CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

Continúa escribiéndose el camino del Córdoba CF en la presente edición de la fase de ascenso a Segunda División, ahora a por su segundo capítulo. Pugnó contra talento y físico el bloque califal para escapar con un empate sustancioso de su visita al Johan Cruyff (1-1), en el que dio un primer paso en firme para garantizarse una vuelta en márgenes adecuados -al menos de cara al global de la final de promoción-, que tendrá lugar durante el este domingo en El Arcángel (20.00 horas, FEF TV y Canal Sur) con el último billete a Segunda División en juego.

Tendrá que afinar, eso sí, el bloque dirigido por Iván Ania, que después de un arranque eléctrico, en el que tuvo tiempo para hacer su diana, también probó de buena mano algunas de las señas del filial azulgrana, que incluso pudo haber conseguido más rédito durante la cita de estreno en su feudo. Todo queda abierto, por tanto, para el duelo de vuelta que se avecina, en el que los de blanquiverde todavía se reservan las bazas del factor clasificatorio y otro lleno absoluto apalabrado en su feudo, en el que millares de fieles volverán a vestirlo de gala.

El camino al ascenso

Con el punto de mira en volver al profesionalismo, el itinerario es claro, aunque respaldado por el formato. La clasificación a la fase como cabeza de serie, es decir, segundo clasificado, otorga ciertos privilegios a la parroquia cordobesista, que jugará el encuentro de vuelta de la segunda ronda en su feudo. También quedará beneficiada por el factor posicionamiento, con tablas válidas para sus intereses de producirse un empate en el global de la eliminatoria tras la disputa de la prórroga en el segundo de los partidos, en ningún caso con posibilidad de tanda de penaltis. No existirá valor doble de los goles fuera de casa -medida deshechada hace cursos-, eso sí, por lo que cada lance, ya sea en cancha propia o ajena, tendrá un peso equitativo e innegable.

Para dar el ansiado salto de categoría, de esta forma, el Córdoba CF deberá prosperar también en esta última ronda. En la primera ya despachó al cuadro berciano, quinto clasificado del Grupo 1, mientras que en la segunda, la final, se encuentra haciendo lo propio frente al Barcelona B, tercero en su segmento y que despachó al Ibiza por 1-2 y 5-3 en sus respectivos pleitos. Al ser subcampeón no necesita precisamente ganar en ninguno de sus cruces -dos empates valdrían, ya ha cosechado uno- para ser oficialmente equipo de Segunda División en la próxima temporada.

El Málaga es de Segunda

Se acabó llevando el gato al agua el conjunto de la Costa del Sol en el otro lado del cuadro (2-2), después de un duelo de vuelta de altos vuelos en el Nou Estadi. Hasta la prórroga marchó el pleito, precisamente, tras el tanto de Alan Godoy durante el segundo acto de la cita, en la que el cuadro malaguista desperdició su superioridad numérica con la expulsión del local Nacho González por doble amonestación. Tampoco hubo excesivas aproximaciones durante el primero, en el que los de Sergio Pellicer trataron de sacar partido del buen resultado cosechado durante la ida en tierras andaluzas, después del 2-1 inicial en La Rosaleda. Poco quedó hasta el descanso, aunque la reanudación aportó frescura e intensidad. En prácticamente el mejor momento blanquiazul, eso sí, llegó el primero de los mazazos tarraconenses, aprovechando un balón dividido que acabó catapultado acrobáticamente a las mallas de Alfonso Herrero después una sucesión de rechaces. Todo quedó para la prórroga.

No mucho pudo objetar el Málaga, en esa línea, antes de la llegada del tiempo extra en la eliminatoria. Se afilaron las necesidades en su caso, volcando su juego en fase ofensiva y dejando la retaguardia algo desprovista de defensores. Entre contragolpes se gestó el segundo mazazo, obra de un Gorka Santamaría que tiró de experiencia para pescar en la obligación boquerona, que nesitaba mover el empate del marcador para no quedarse a la orilla del ascenso. Con doble renta en contra, no obstante, el propósito pasó a ser casi inaccesible. El Nástic mantuvo la receta y dejó el esquema replegado en bloque bajo. Los tiros lejanos, ante un bosque de piernas y zagueros, se convirtieron también en el mejor aliado visitante, aunque sin la potencia, dirección ni mordiente necesarias para agitar el casillero. Sí la tuvo Aarón para ensayar un chut que Alberto Varo no llegó a embolsar, favoreciendo la llegada de Dioni desde segunda línea para ajustar la cuenta al 2-1. Había partido.

Desde ahí se embarró el asunto. Se fueron sucediendo múltiples interrupciones en lo que quedaba. Con el reloj parado se produjeron lanzamientos masivos de objetos desde la grada local, al igual que cánticos algo apresurados. En mitad de los festejos, el tramo final dejó al club de la Costa Dorada embotellado en su área, con un Málaga decidido a nivelar el cruce -y por tanto llevarse la final- bombardeando centros. En uno de ellos llegó el extásis, tras un balón llovido desde el perfil izquierdo que, previo remate en semicaída de los atacantes andaluces, quedó a merced de Antoñito para mandarla a la portería rival en dos tiempos, con el consecuente 2-2 definitivo y el ascenso malaguista, que convirtió el drama en fiesta.