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Obolskiy, un portento ruso a la estela de Salenko en el Córdoba CF

El ariete de Tula se convierte en el segundo futbolista soviético que ficha por la entidad blanquiverde a lo largo de su historia

Nikolay Obolskii cae al suelo durante un encuentro en el Ibiza del pasado curso.

Nikolay Obolskii cae al suelo durante un encuentro en el Ibiza del pasado curso. / UD IBIZA

Miguel Heredia

Miguel Heredia

Un refuerzo foráneo, aunque contrastado y en busca de una ruta distinta a la del precedente. Por razones varias, el segundo desembarco concretado por el Córdoba CF para la campaña de su regreso a Segunda División, también la primera en el fútbol profesional tras un lustro de odisea amateur, estará rodeado de un aura singular, incluso antes de calzarse las botas. En ese sentido, el fichaje del ruso Nikolay Obolskiy (Tula, 1997), libre después de cerrar su etapa en el Ibiza -ha firmado dos cursos-, supone un verdadero hito en los 70 años de historia de la entidad blanquiverde, que dos décadas y media después también volverá a contar con los servicios de un futbolista soviético, a la estela de los pasos que ya dio el mítico Oleg Salenko durante la campaña de la transición al nuevo siglo, aunque con la idea de vivir una etapa más fructífera que la de su compatriota. 

Un icono truncado

Como uno de los refuerzos estrella de la temporada 1999-2000 en la categoría de plata, precisamente, se produjo la contratación del futbolista de San Petersburgo, procedente del Istanbulspor turco y con un extenso cartel internacional como aval. Alzó la Bota de Oro en el Mundial de 1994 celebrado en Estados Unidos -compartida con Hristo Stoichkov, con seis dianas-, al igual que consiguió el récord de tantos anotados en una misma cita mundialista, después de apuntarse la friolera de cinco en el pleito ante Camerún.

Salenko dio los primeros pasos de su carrera en el Zenit de San Petersburgo -por entonces denominado Zenit de Leningrado-, desde el que consiguió dar el salto al Dinamo de Kiev, convirtiéndose entonces en el primer futbolista ruso dentro del campeonato ucraniano. En cuatro ejercicios con el bloque kievita, en esa línea, dejó números significativos, también valederos para su posterior llegada el fútbol español, de la mano de un Logroñés en el que se consagró. Su buena labor en tierras riojanas, además, fue sinónimo de sus primeras convocatorias con la selección soviética

Salenko durante el encuentro de sus cinco goles en el Mundial de 1994, ante Camerún.

Salenko durante el encuentro de sus cinco goles en el Mundial de 1994, ante Camerún. / GETTY

Cambió la casaca del extinto club de Logroño -desaparecido en 2009- por la del Valencia dos cursos más tarde. En las filas che igualmente dejó un gran regusto, aunque breve, que se engrosó a base de más dianas una vez cumplido su paso efímero paso al Rangers escocés y seguidamente a Turquía. En el equipo de la ciudad de Istanbul vivió su última experiencia, de tres años, antes de justo recalar en El Arcángel, en el que apenas pudo aportar

Ya de blanquiverde, Salenko participó únicamente en cinco encuentros, tres correspondientes a la competición liguera y otros dos en Copa del Rey, sin ninguna victoria -tres derrotas y dos empates-. Sumó 279 minutos, con tres titularidades de por medio y ningún gol para el casillero. En apenas dos meses se ubicó su estancia en la ciudad califal, resuelta con despedido por bajo estado de forma. Dos años más tarde, tras pasar por el Pogon Szczecin polaco, de nuevo sin apenas incidencia en el césped, anunció su retirada.

Salenko posa con la elástica y escudo del Córdoba CF tras su fichaje.

Salenko posa con la elástica y escudo del Córdoba CF tras su fichaje. / CÓRDOBA

Obolskiy, un perfil distinto

Radicalmente opuesta se antoja la tesitura para el de Tula, localidad situada al sur de Moscú, capital de la nación rusa. A sus 27 años, Nikolay Obolskiy cuenta con una carta de presentación contrastada en el fútbol nacional, después de haber formado parte de proyectos punteros, todos con el objetivo de ascender a Segunda División -ahora podrá vivirla de la mano del club cordobés-, como el de la Cultural Leonesa o el propio Ibiza. En ambos ha dejado grandes sensaciones, incluso recogiendo el cartel simbólico de haber sido el máximo goleador extranjero de Primera Federación tras los primeros tres años de vida de la reformulada categoría, en paralelo con la condición de ser el delantero centro puro más asistente.

En ese lapso, ha tenido tiempo para anotar 25 dianas, al igual que para repartir otras 14 asistencias, una de sus máximas virtudes. Y es que el espigado ariete se caracteriza por su capacidad asociativa, destacada tanto en Can Misses como en el Reino de León, así como en sus etapas previas formando parte del Dinamo de Moscú, el Sochi soviético o el Nizhny Novgorod, al igual que en el Barakaldo, su primera experiencia en territorio español. 

A la espera del planteado tercer punta, como confesó Antonio Fernández Monterrubio, CEO del club, al colocar la configuración de una delantera con tres integrantes como una de las prioridades del mercado de fichajes blanquiverde, Obolskiy arrancará formando dupla con Antonio Casas, que también selló registros significativos durante la pasada campaña en la categoría de bronce. Hasta los 14 tantos en Liga regular acabó extendiéndose la aportación del rambleño, junto a otro más en la fase de ascenso, por lo que la sociedad goleadora entre ambos arietes parece una cuestión asegurada.

Obolskii conduce el esférico durante un encuentro de la pasada campaña.

Obolskii conduce el esférico durante un encuentro de la pasada campaña. / UD IBIZA

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