Son poco frecuentes, pero llamativos. Esto explica el jefe de la Brigada de Policía Judicial en Córdoba, José Miguel Sáenz, acerca de los delitos de sextorsión que se denuncian en la provincia. Estima que no alcanzan la docena anual, aunque admite que «estamos convencidos de que hay muchos más hechos que denuncias».

A grandes rasgos, Sáenz explica que la sextorsión comienza en alguna red social, a través de un chat, con la petición de alguien que quiere agregar a la víctima o quiere entrar en alguno de sus grupos. Habitualmente, esta persona procede de la agenda de un conocido, pero «lo que no sabemos es que previamente alguien ha robado datos de esa agenda». Tras este primer contacto, la persona va ganando confianza con la víctima potencial hasta que, en última instancia, llega la extorsión. El mensaje podría ser parecido a «te tengo grabado haciendo determinados actos sexuales y o me pagas una cantidad de dinero o empiezo a difundir el vídeo entre tus contactos», detalla Sáenz.

Este delito ha vuelto a generar polémica en las últimas semanas por el caso del ya exentrenador del Málaga, Víctor Sánchez del Amo, que habría sido la última víctima conocida.

Sáenz apunta que las cuantías que se solicitan rondan los 3.000 euros y destaca que «el sentimiento de vergüenza, de pensar que se ha hecho el ridículo, o al tratarse de personas que no quieren tener una exposición pública de lo que les ha pasado, o no quieren que en el ámbito familiar se tenga conocimiento, hace que no denuncien. Pagarán, seguramente, y además no denunciarán».

Esta es solo una de las muchas extorsiones que se pueden producir y el jefe de la Brigada de Policía Judicial afirma que «siempre recomendamos no pagar y ponerse inmediatamente en manos de la Policía», ya que «es una forma de alimentar algo que va a escapar a su control».

En cuanto a otros delitos contra la intimidad, comenta que sí existe «un número significativo» de hackeos de cuentas en redes sociales, donde se suplanta la identidad de la víctima «ocasionando un perjuicio a la imagen, dando datos...». En esta línea, sobre la información que obtiene el delincuente también aclara que «hay quien hackea tu intimidad para destrozarte la vida, quien lo hace para sacarte el dinero y quien lo hace para sacar dinero a terceras personas».

Sáenz hace hincapié en que el nivel de denuncias por delitos contra la intimidad se ha mantenido en los últimos años y confirma que, «posiblemente», ahora se cometen más hechos a través de internet que mediante las vías tradicionales. Acerca de este último ámbito, manifiesta que «hay muy pocos» y cita como ejemplo la apertura de correo postal.

Convencido de que «víctimas, en un momento determinado, podemos ser cualquiera», aunque «los menores son muy vulnerables en las redes», el jefe de la Brigada de Policía Judicial recuerda que «intentamos concienciar de que no hay mejor cosa que ser desconfiado en principio, muy disciplinado y mantener a salvo nuestra casa digital, lo mismo que nuestra casa física».