ENTREVISTA | Rafael Casaño Presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba

«Este colegio quiere ser pionero en entrar en los planes sanitarios»

Rafael Casaño, reelegido presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba.

Rafael Casaño, reelegido presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Córdoba. / MANUEL MURILLO

Manuel Á. Larrea

Manuel Á. Larrea

Rafael Casaño y su equipo de gobierno dispondrán de otros cuatro años para llevar a cabo los proyectos pasados truncados por el covid-19 y algunos nuevos, al frente del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, que pretenden poner en el centro la función social de los 1.200 profesionales cordobeses. El reelegido presidente considera más que necesario cuidar y tender la mano a los farmacéuticos de zonas rurales, así como entrar en los planes sanitarios y de prevención. A su favor, cuenta con la importante labor que ejercieron en la pandemia.

¿Cómo afronta este segundo periodo al frente del Colegio de Farmacéuticos?

Fundamentalmente lleno de responsabilidad, como no puede ser de otra manera. Gratitud hacia los compañeros que me dan la oportunidad de continuar al frente de una institución tan importante como el Colegio de Oficinas de Farmacéuticos de Córdoba y continuar con un proyecto que comencé en 2019, cuando nos vimos abocados a tener que superar la mayor crisis que hubo, con el covid. El covid-19 nos creó la crisis más importante a nivel sanitario de los últimos cien años, con lo cual hubo un cambio de timón. Todos los planes quedaron un poco apartados y pasamos a a tener que lidiar un toro de gran dimensión. Fue un trabajo muy duro, pero bueno, en este sentido, pues contento de los resultados que fuimos teniendo.

Después de eso, este periodo se avecina más tranquilo, ¿no?

Es muy complicado que fuera peor, que fuera más duro. La etapa, prácticamente, de los casi cuatro años del primer mandato ha estado dedicada a la población cordobesa, a que la farmacia estuviera unida y a trabajar para que no le faltara a ningún cordobés la medicación, que ya era complicado en esas situaciones. Ya parece que lo vamos dejando atrás, por lo menos con cierta precaución. Y eso nos permite iniciar esta segunda etapa de una manera mucho más tranquila, al menos seguro que menos desgarradora a nivel personal. Y, a nivel de profesión, yo muy orgulloso del trabajo que hicimos en esa etapa, que ha sido una enseñanza para todos, pero yo creo que la farmacia cordobesa sale muy reforzada.

Eso fue una prueba de fuego. ¿Cómo negar vuestra importancia en el sistema sanitario y para aliviar un poco a la atención primaria? El colectivo insiste en que es necesario la integración total en ese sistema.

Esto nos ha servido porque ya nadie duda de que tenemos que estar integrados en la atención primaria, que tenemos que estar integrados en los planes del sistema sanitario y en los planes de prevención. Lo que pasa es que esto es un camino lento. Pero sí ha cambiado la mentalidad. Está claro que nos conocían nuestros pacientes, los pacientes de nuestra farmacia y, no de nuestra farmacia, sino a nivel de farmacéuticos hospitalarios, todos conocían al farmacéutico. Los que nos han conocido en general han sido, digamos los que nos han visto actuar, han sido los dirigentes sanitarios. Y han visto nuestro potencial. A partir de ahí, la integración es evidente. La comunicación entre el médico y el farmacéutico en el siglo XXI tiene que existir, no podemos comunicarnos por medio del paciente. Esto ya se está mejorando, en Córdoba tenemos el proyecto de Farmastore. [...] Tenemos que trabajar en conjunto, hay una experiencia que hemos aprendido y ya lo estamos haciendo. Así que estamos yendo por centros de salud, tenemos reuniones de farmacéuticos y de médicos, y hablamos entre nosotros en solucionarlo, al fin y al cabo, porque el enfermo es el mismo. Esa integración es evidente, nadie la duda, y nos falta el paso, en el que este colegio quiere ser pionero, de entrar en los planes sanitarios, de prevención.

Sería un paso fundamental, ¿no?

Imagínate un cribado de cáncer de colon. Si un paciente va a una farmacia, mete su tarjeta, te dice que está dentro de ese grupo que tiene que someterse al cribado, el farmacéutico le informa, le da su kit para recoger la muestra, da esa información directa. Yo creo que mejorará siempre los resultados, mejorarán tremendamente. Así es mejor que una fría que llegue a la casa. En eso tenemos que trabajar y en eso estamos. Que nos aprovechen, como siempre digo, que somos 1.200 sanitarios deseando trabajar, integrarnos.

Parece que siempre ha existido el reconocimiento del que habla de la ciudadanía con el colectivo. Desde el colegio también se fomenta con iniciativas sociales como la de evitar la soledad no buscada de personas mayores.

Está claro. Nosotros somos muy conscientes de la responsabilidad social que tenemos como sanitario de primera línea. La asumimos orgullosos y encantados. Como comentabas, por ejemplo, con el plan que tenemos en la actualidad ya en marcha para la soledad no deseada, de la mano de la Delegación de Inclusión. Pero también estamos trabajando con el Ayuntamiento de Córdoba. Por ejemplo, ponemos en marcha esta semana con Eva Contador, de Servicios Sociales, el plan contra la ola de calor. Entonces, claro, lo que no podemos es hacer una campaña los farmacéuticos por un lado y el Ayuntamiento, por otro. Vamos a unirnos, vamos a aprovechar los 405 puntos en Córdoba que tiene un sanitario para informar de la ola de calor, de la soledad no deseada, para detectar cualquier incidencia. Y con asociaciones de enfermos. Nosotros queremos ser la voz de esos enfermos. Tenemos una responsabilidad social que ejercemos, y que lo hacemos porque lo llevamos en el ADN, no porque nos lo pidan.

Hoy que se hablaba tanto del abandono rural, ha dejado claro su compromiso con la farmacia rural. ¿Cuántas hay en la provincia?

Somos 405 oficinas de farmacia en Córdoba. Y en la provincia hay 230. Hay que distinguir, pues habrá pueblos más grandes y las que son verdaderamente, lo que nosotros definimos como rural, en poblaciones de menos de 1.000 habitantes, son más de cincuenta. Y si me dices ya de poblaciones de unos 400 habitantes, como Fuente La Lancha, Valsequillo y Conquista, ahí sí que nos preocupa, porque el farmacéutico se ha convertido en el único sanitario que está 24 horas al día, 365 días al año, y está pagando con una vida personal. Es que está continuamente de guardia y no tiene sustitución, porque nadie quiere ir a pequeños pueblos, nadie quiere hacer sustituciones. Entonces, este colegio sí va a ser la bandera. En estos casos, tenemos que ayudarles y no esperar que nos ayude la administración. Tenemos que cuidar como oro en paño a esos farmacéuticos que son auténticos héroes.

¿Será viable mantener esos servicios abiertos?

Esas farmacias son VEC, algunas de ellas que tienen la viabilidad económica comprometida, tienen unas ayudas estatales, pero yo me refería también a la ayuda personal. Estamos en términos económicos, que, por supuesto, estamos hablando de que esto es la base, pero sí, también, a nivel personal. En estos cuatro años intentaremos darles una solución a su vida personal. Son auténticos héroes, es que viven que no pueden marcharse de vacaciones, porque no encuentran quién les sustituya y no pueden cerrar su farmacia. Si la cierran, como nos pasó en el covid, [...] cuando teníamos población que dejábamos sin atención, nos encontramos con serios problemas. Hicimos una bolsa de voluntarios para sustituirlos y ahí nos dimos cuenta de que son oro en paño.

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