Curiosidades de Córdoba

La calle que esconde la leyenda más macabra de Córdoba

El callejero de la ciudad revela leyendas e historias, algunas de ellas un tanto peculiares

Calle cabezas, antes de la construcción de un hotel en ella.

Calle cabezas, antes de la construcción de un hotel en ella. / A.J. GONZÁLEZ

Adrián Ramírez

Adrián Ramírez

Los nombres de las calles, plazas y avenidas de una ciudad o pueblo nos hablan de su historia, personajes ilustres, leyendas o hechos históricos. Esto es especialmente palpable en Córdoba, sobre todo en la zona del casco histórico, donde los diferentes nombres del callejero esconden tras de sí mitos y acontecimientos un tanto sorprendentes. Si nos paramos a buscar qué hay detrás de cada vía, seguramente encontraremos una historia única y sorprendente en prácticamente cada una de ellas. Una de las más llamativas, por no decir macabra, es la de la calle Cabezas. Te la contamos.

La leyenda de la calle Cabezas

En pleno corazón de Córdoba, en un barrio muy transitado por turistas como es la Judería, se sitúa la calle Cabezas. Se trata de una vía larga y estrecha, especialmente en su tramo junto a la Casa de los Marqueses del Carpio. La vía se extiende entre adoquines y edificios del siglo XIII desde el arco del Portillo hasta la Casa Góngora-Sala Galatea. En ella destaca la Casa de las Cabezas, que actualmente es el hotel

A primera vista, el nombre de la vía puede no llamar la atención. Sin embargo, la calle Cabezas esconde una escalofriante historia detrás. Y es que, durante la época del califato en la actual Casa de las Cabezas se encontraba una prisión.

Turistas se fotografían en la calleja de los Arquillos, junto a la Casa de las Cabezas.

Turistas se fotografían en la calleja de los Arquillos, junto a la Casa de las Cabezas. / A.J. GONZÁLEZ

Cuenta la leyenda que Gonzalo Gustios, padre los Siete Infantes de Lara, fue con sus siete hijos a la boda de Doña Lambra y Ruiz Velázquez, donde Gonzalo González uno de los progenitores, mató al hermano de la recién casada. Posteriormente, Doña Lambra vio a Gonzalo González bañándose en paños menores, lo que lo consideró una terrible ofensa.

Para vengarse, Doña Lambra le entregó una carta a Gonzalo para que se la diera a Almanzor. En ella estaba escrito "mate al portador". No obstante, el por entonces ministro del califa, se apiadó de él y decidió encerrarlo en la prisión que se situaba en la Casa de las Cabezas.

Actualmente, la Casa de las Cabezas es un hotel.

Actualmente, la Casa de las Cabezas es un hotel. / A.J. GONZÁLEZ

Tras ver la pareja que no habían logrado su objetivo, optaron por resolver ellos el asunto de otra forma. Para ello, le comunicaron a los hijos que Don Gonzalo ha sido asesinado por Almanzor, lo que desencadenó una batalla que acabó con los jóvenes decapitados. Tras esto, fueron expuestos en los siete arcos del callejón. La historia terminó dando nombre a la casa y a la calle donde se encuentra.

Una historia turbulenta

La Casa de las Cabezas es actualmente un hotel y sus orígenes se remontan al siglo X. El recinto ha sido víctima de su pasado, ya que a comienzos de el siglo XX corría una leyenda que decía que en él se encontraba un tesoro judío, por lo que un vecino de la ciudad compró la casa y excavó para encontrarlo, dejándola en ruinas. Fue en 2007 cuando un nuevo propietario la restauró para, siete años después, abrirse un museo. Tras la pandemia cerró y en 2022 abrió el hotel actual.

Otra de las leyendas de este lugar señala que su propietario en el siglo XV, Juan de Córdoba, fue asesinado por la Inquisición al ser acusado de judío y de tener en su domicilio una sinagoga.