Análisis

El urbanismo que definió la Córdoba actual

Vivienda, posición logística y medioambiente han centrado el crecimiento de la ciudad en los últimos años

 El PGOU vigente, que data de 2001, sigue en forma y con una ejecución acertada

El urbanismo que definió a la ciudad

Córdoba

Noelia Santos

Noelia Santos

La Córdoba de hoy no es la Córdoba de hace 20 años. Desde el punto de vista urbanístico, hay tres claves que explican el desarrollo de la ciudad tal y como hoy la conocemos: la construcción de vivienda en los nuevos barrios, la adaptación medioambiental y social y la red de comunicaciones y potenciación logística. La biblia que rige el crecimiento ordenado de la ciudad es su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). El que funciona en Córdoba data de 2001 y fue elaborado por el urbanista José Seguí. La memoria de dicho documento hablaba de las «cuestiones pendientes» que había que solucionar con los nuevos planes generales, como la territorialización de la ciudad (de la ciudad amurallada a la ciudad región), la adaptación a los nuevos lugares de producción o los cambios hacia modelos residenciales más demandados en la sociedad (de la manzana a la ciudad jardín).

El desarrollo urbanístico de la ciudad, por lo tanto, no puede entenderse desde la única perspectiva del crecimiento residencial y el propio Estudio Seguí así lo resume. Habla de propuestas de «escala territorial» que se concentran en el eje logístico (el papel articulador de Córdoba dado su posicionamiento en el mapa); los sistemas verdes; el objetivo de la concentración (hablar de urbanismo y hablar de barrios es también hablar de parcelaciones y hablar de periferia); las extensiones residenciales (hacia Poniente, principalmente) y la atención al casco histórico (que tiene su propio plan urbanístico).

La evolución residencial

José Seguí explica a este periódico que el PGOU definía «las propuestas de desarrollos residenciales y los grandes equipamientos que requería la ciudad para satisfacer sus necesidades futuras y definir las formas urbanas inacabadas de la ciudad». En su opinión, la Gerencia de Urbanismo «ha desarrollado con bastante acierto los contenidos del plan general» y, desde la perspectiva residencial, se han cumplido «gran parte de las previsiones». En este sentido, detalla que en estos 23 años de vigencia del PGOU se han urbanizado suelos con capacidad para más de 12.000 viviendas, muchas de ellas ya construidas o actualmente en construcción.

El urbanismo también debe atender aquellos núcleo considerados aislados

Poniente ha sido la zona hacia la que ha crecido la ciudad desde la perspectiva residencial. Allí, comenta Seguí, «se ha generado un moderno ecosistema urbano conformado por nuevos barrios residenciales cuyas ordenaciones, con densidades sostenibles, ofrecen unos altos estándares de calidad de vida». Todo el mundo tiene en mente las urbanizaciones a las que hace referencia el arquitecto y urbanista, comunidades vecinales con zonas comunes donde la tipología familiar predominante son parejas con hijos.

La importancia de lo ‘verde’

La calidad de vida a la que hace referencia Seguí en esos nuevos barrios se ve reforzada por los grandes parques del anillo verde. Califica dicho anillo como un «atractivo proyecto» que, recuerda, ya estaba previsto por el PGOU. El hecho de que se haya ejecutado en gran parte todo es ámbito medioambiental «demuestra la viabilidad» de las propuestas del plan.

En este punto se detiene Seguí, pues era necesario dibujar todo ese anillo de parques en una ciudad como Córdoba que, sí o sí, debe «combatir los severos efectos del cambio climático en su medio urbano local» si quiere ser «habitable», detalla el autor del PGOU. Aporta, además, algunas claves urbanísticas de todo el diseño de estos parques, que se hizo planteando «un anillo formado por una serie de verdes urbanos de gran escala y vinculados entre sí» mediante una propuesta «que asegura las continuidades urbanas, física y paisajística». Los parques, añade, «no dejan de ser una franja ambiental continua que, acompañando al río Guadalquivir a lo largo de su borde sur y flanqueando al anillo viario en el resto de su trazado, rodea la ciudad heredada».

Imágenes del Parque de Levante antes y después.

Imágenes del Parque de Levante antes y después. / CÓRDOBA / A.J. GONZÁLEZ

El río y su influencia

El río Guadalquivir, alma de la ciudad, ha sido durante muchos años más un elemento desmembrador que cohesionador. Se han hecho cosas, es innegable, y fruto del PGOU anterior es, por ejemplo, toda la zona de Miraflores. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. El PGOU de 2001, recuerda Seguí, «delimita y define una serie de actuaciones de transformación urbanística cuyas preordenaciones fueron diseñadas para el cumplimiento de dicha finalidad». Había propuestas, pero el arquitecto entiende que sería necesario reconsiderarlas e impulsarlas desde lo público.

Para que el elemento casi cismático del río no perjudique al sur, Seguí habla de ejecutar el puente del Cordel de Écija, de forma que «los barrios de vivienda pública de la margen derecha (Sector Sur y Guadalquivir) disfrutarían de las dotaciones de espacios libres y equipamientos existentes en el entorno del Parque Cruz Conde y la zona sanitaria».

La ciudad compacta

La ciudad de Córdoba, en su origen, era una ciudad compacta. Lo que han buscado los planes generales es rellenar los vacíos perimetrales que han ido surgiendo dado el aumento de la población y la necesidad de vivienda que esto suponía. Por lo tanto, manifiesta Seguí, el PGOU de 2001 buscaba una «recompactación». Pero, ¿cómo se hace eso? Seguí explica que «el plan general vigente ordena todos estos vacíos del territorio municipal para apostar por un modelo compacto para la ciudad, cuyo modelo urbanístico viene caracterizado por la presencia de una estructura polinuclear urbana formada a su vez por un sistema de asentamientos regulares que han conformado las diversas barriadas periféricas y las parcelaciones irregulares que han mejorado sus condiciones urbanísticas para evitar sus dispersiones». Es decir, que parcelaciones y barriadas periféricas también forman parte de la ciudad urbanística hablando, tanto o más que el resto. Todo ello, agrega, «habría que reconocerlo como un modelo territorial cuyo destino no es solo sus respectivas compactaciones sino la vertebración funcional del conjunto de todas ellas».

El PGOU de 2001 busca que Córdoba superara el aislamiento territorial

La ubicación

Hablar de Córdoba y urbanismo no es hablar únicamente de la ciudad consigo misma, sino que también ocupa una posición en un tablero mucho mayor, una posición, además, privilegiada. Y el PGOU no dejó atrás este hecho. Es más, Seguí detalla que, «quizás, la escala territorial de Córdoba fue una de las cuestiones más tratadas en aquel plan general que redactamos del 2001». Existía una necesidad de que Córdoba superara su aislamiento territorial y, a partir de ahí, convertirse en un enclave articulador entre las regiones interiores y mediterráneas. Y con esa idea se trabajó en el plan.

Antes y después del nuevo Zoco.

Antes y después del nuevo Zoco. / CÓRDOBA / A.J. GONZÁLEZ

«Ampliar la consideración de Córdoba como nudo provincial y regional y buscar su estratégico ámbito supra-regional como enclave de articulación entre el centro de la península, Andalucía y el Mediterráneo se conformaba como ese triple anclaje de la escala territorial que requería plantearse en la ciudad mediante importantes acciones infraestructurales, coordinando las que pertenecen a la esfera competencial del Ayuntamiento de Córdoba con aquellas otras responsabilidad de las administraciones regional y estatal», desarrolla Seguí.

En este apartado es en el que más se detiene Seguí, pues analiza que todo este objetivo ya comentado «se planteaba con el fin de fortalecer no solo el vínculo con el eje del Guadalquivir, cualificando sus conexiones viarias radiales, sino también potenciar el papel de Córdoba como centro logístico estratégico apoyado en sus ejes ferroviarios de Sevilla y principalmente el de Málaga, que creo adquiere un papel predominante por su ubicación de centralidad territorial entre el Mediterráneo de Málaga y el centro de Madrid en su relación con el resto de España».

«Pienso que es aquí donde radica la fortaleza de la ciudad de Córdoba, debiéndose coordinar con las administraciones central y autonómica para avanzar en la mejora de la funcionalidad e intermodalidad del sistema de comunicaciones existente -viario, ferroviario e incluso el aeroportuario- para el óptimo aprovechamiento de los potenciales logísticos e intermodales de Córdoba como nodo de interconexión de transportes de primer nivel en la red andaluza y nacional del sistema de comunicaciones», incide el urbanista.

Con ello, no se olvida de nombrar el gran proyecto de la ciudad en décadas, la Base Logística del Ejército de Tierra, así como «otras oportunidades productivas de alta tecnología que buscan este eje estratégico Málaga-Córdoba-Madrid como adecuado espacio de asentamiento preferente».

El camino hacia el PGOM

La Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (Lista) dibuja la figura de los planes generales de ordenación municipal (PGOM), sobre la cual el Ayuntamiento de Córdoba ya se ha puesto manos a la obra para empezar a trabajar. Es más, el alcalde de la ciudad, José María Bellido, anunció hace unos meses que su objetivo era tener el PGOM en unos tres años. A nivel andaluz, ya hay más de un centenar de mesas de trabajo constituidas trabajando en estos planes municipales.

Sobre la figura del PGOM habla también Seguí, que indica que, «aunque el PGOU de 2001 tiene vigencia indefinida, es necesario redactar y aprobar el PGOM para, entre otras razones, potenciar el modelo productivo-logístico de Córdoba, complementando y reforzando el conjunto municipal de actuaciones industriales y logísticas ya previstas en el PGOU de 2001 o incorporadas al mismo a través de las modificaciones aprobadas». Todo ello, añade, mediante la creación de nuevos parques empresariales, industriales y logísticos integrados en la red territorial de transportes. Ese PGOM, entiende, también vendría a reforzar y complementar el ya citado anillo verde y podría incorporar el río Guadalquivir al sistema a través de un proyecto de naturalización.

Antes y después del puente de Miraflores.

Antes y después del puente de Miraflores. / CÓRDOBA / A.J. GONZÁLEZ

Los grandes hitos

En este texto se ha analizado el crecimiento urbanístico de la ciudad desde el año 2001, cuando se aprueba el PGOU vigente. Pero la ciudad ya había tenido otros planes generales y ya había empezado a modernizarse mucho antes. Si hay que quedarse con un hito urbanístico que cambiara por completo la manera de vivir la ciudad ese sería, sin duda, el Plan Renfe. Las vías del tren partían a la ciudad en dos hasta que en 2001 se inauguró el Plan Renfe o el Vial Norte, ya no había pasos a nivel en las Margaritas o en Valdeolleros y en Córdoba se respiraba, ahora sí, modernidad.

Poniente ha concentrado casi todo el crecimiento residencial

El año 2001 se convertiría así en un ejercicio importantísimo para el urbanismo cordobés, pues, como ya se ha dicho, se aprobó el PGOU actual, heredero del Plan Municipal de Ordenación de la Ciudad de José Rebollo, de 1958 y revisado en los años ochenta del siglo XX. El PGOU de Seguí definió la ciudad hacia Poniente y aún guarda espacio para levantar viviendas.

Si alguien piensa en urbanismo y Córdoba también se le puede venir a la cabeza la peatonalización de Cruz Conde, el gran proyecto del alcalde, ya fallecido, Andrés Ocaña. Levantó ampollas y críticas, pero también supuso un cambio en el modelo de visitar el centro de ciudad y de vivirlo. Sería raro imaginar ahora un autobús pasando por esta céntrica vía.

Quizá más raro aún sería que ese autobús circulara por el Puente Romano. La remodelación del puente y todo el entorno de su unión con la Mezquita-Catedral, así como la intervención en el paseo de la Ribera, tampoco se quedan atrás en este listado de hitos urbanísticos.

Los retos, eso sí, son muchísimos y los define el PGOU o los definirá el PGOM. Las parcelaciones (aunque en esto se ha avanzado mucho en los últimos años), el anillo viario con la variante Oeste y la ronda Norte o la adaptación a la época actual del Plan de Especial Protección del Casco Histórico (Pepch) conforman parte del trabajo que queda por hacer.

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