LAS GUARDAS

Bulos

Emil Cioran

Emil Cioran / CÓRDOBA

Hay un aforismo de Cioran que dice: «Contribuir, como sea, a la disolución de un sistema, es lo que persigue quien piensa al ritmo de lo fortuito, quien se negará siempre a pensar por pensar». Lo cierto es que una de las acepciones de la palabra «fortuito» es inopinado. Ya Cioran lo deja claro, aquel que se niega a pensar por pensar. Y quien no piensa probablemente no lea. No existe más opinión que la del tirano, la de sus súbditos y la de su clientelismo.

Con esto de las restricciones a la libertad de opinión, a la de la prensa, me planteo si también van a poner restricciones a la libertad de crear, a la propia ficción. Entiendan desde luego esta columna como mera ficción. No vayan a ser ustedes uno de esos que han creado un grupo de defensa al presidente, y que anuncian que cuatro abogados velarán por la verdad y la dicha, y, además, «interpondrán querellas a cada bulo que observen en los medios, en la tele y hasta en las redes sociales». Les ha faltado indicar que también denunciarán a aquellos autores que en sus libros opinen de manera contraria a la que este sistema manido y descarnado propone.

Se observa una euforia importante, hablan de «regeneración democrática» y defienden la tiranía, dicen que velarán por la verdad y son ellos los que fabrican bulos a diestro y a siniestro. Escribe Cioran: «Nunca desconfiaremos bastante de la euforia. Cuanto más dure, más deberíamos alarmarnos. Pocas veces justificada, surge siempre triunfante, no sólo sin ninguna razón seria sino sin el menor pretexto. En lugar de exaltarla, más nos valdría verla como un presagio, como un aviso».

Yo recomendaría a esos cuatro abogados, y a todos aquellos que lo precisen, que lean a Cervantes, y no pierdan el tiempo en gilipolleces. Pero lectura comprensiva, pausadamente, intentando desengranar todo aquello que indica entre líneas. Porque este momento de la historia ya lo hemos vivido, y lo vivió Cervantes. Y él supo desmenuzar, con su talento sublime, los pros y los contras de los errores.

Escribe también Cioran: «¿Qué es el mal? Lo que se hace para conseguir un instante de felicidad en este mundo». Y todo es tan efímero.

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