ENSAYO

Zizek y la incontinencia del vacío

El filósofo eslovaco publica ‘Incontinencia del vacío’ en Anagrama

Slavoj Zizek.

Slavoj Zizek. / EFE

El filósofo y psicoanalista eslovaco Slavoj Zizek está considerado como uno de los pensadores más relevantes de la actualidad desde que hace ya más de treinta años publicó ‘El sublime objeto de la ideología’, donde abordaba el pensamiento de Marx y Freud desde una perspectiva personal, adentrándose por la teoría psicoanalítica para analizar fenómenos políticos como el de la ideología, llevando a cabo una interpretación de la política desde lo psicoanalítico. Entre otras afrontaba la distancia que separa lo real de la realidad y, aun tiempo, exploraba la consistencia ideológica del elemento que las une. Después llegaron otras traducidas al español como ‘En defensa de la intolerancia’ (2007), ‘Terrorismo y comunismo’ (2009), ‘Islam y modernidad’ (2015), ‘Pandemia. La covid 19 estremece el mundo’ (2020)...

Su última obra es ‘Incontinencia del vacío. Enjutas económico-filosóficas’ (2023). En el prefacio habla de Marx como el que cortocircuitó la especulación filosófica a través de la lente de la economía política, pero también en el mismo sentido de Freud y Nietzsche cuando cortocircuitan las nociones éticas a través de la lente de la economía libidinal inconsciente. Y, en cierto modo, es lo que él pretende con su lectura crítica, cortocircuitar, «revivir una práctica lectora que enfrenta un texto con supuestos ocultos revelando así su verdad excluida». El subtítulo «enjutas» (de la arqueología) lo emplea para expresar la superficie curva angular que «dejaba en un cuadro el círculo inscrito en él», es decir, con sus enjutas él quiere llenar los espacios vacíos siguiendo una triada fundamental que llama UPS: la dimensión universal de la filosofía, la particular de la diferencia sexual y la singular de la crítica de la economía política.

Dividido el libro en dos grandes apartados, en la primera parte se centra en la Sexualidad, la Ontología y la Subjetividad (S.O.S.), tratando del paso de la ontología a la sexuación; y en la segunda, el paso de la sexuación a la crítica de la economía política de Marx. En el ámbito de la filosofía, considera que el límite de la ontología se enfoca en primer lugar a través de la sexuación, el antagonismo de la diferencia sexual y la sexualización del ser humano, abordando la combinación de la biogenética y la digitalización presente en el capitalismo actual que para él es una amenaza para la existencia de la subjetividad. De otra parte, la crítica de la economía política la emprende desde la plusvalía a través de tres ideas: la plusvalía de goce de Lacan, la plusvalía de conocimiento científico y la plusvalía de poder político, analizando la teoría del valor-trabajo enlazando con Lacan en los discursos del Amo, Universidad, Histeria y Analista. Finalmente, hay un apéndice en la segunda parte donde se rechaza la idea utópica de la sociedad comunista. Temas eternos, pero también temas concretos de la sociedad actual.

En ella existen dos hilos conductores (Freud y Lacan) que vertebran toda la obra, densa, profunda y, a veces, difícil de conocer en profundidad y adentrarse en ella para un lego, ya que las referencias a conceptos teóricos consabidos de ambos pensadores están muy presentes en su discurso. Al mismo tiempo, su radicalidad a la hora de expresar algunas ideas y la contundencia con las que trata de defenderlas puede ser objeto también de crítica, como cuando dice que sólo una filosofía que tenga como base el psicoanálisis puede sobrevivir al reto de la ciencia moderna. O cuando señala que «una de las diferencias fundamentales entre el psicoanálisis y la filosofía tiene que ver con la importancia de la diferencia sexual: para la filosofía, el sujeto no está sexualizado de manera inherente (...), mientras que el psicoanálisis convierte la sexuación en una especie de formal a priori de la mismísima aparición del sujeto» (p. 127). O, por ejemplo, cuando en su referencia a la homosexualidad afirma que «la homosexualidad representa la absoluta asunción de la negatividad de la pulsión de la muerte, de retirarse de la realidad a lo Real en la Noche del Mundo» (p. 198). Bastante interés ostentan sus ideas sobre la política de la alienación, tan presente en la teoría marxista, como la separación, y el apéndice que lleva por título «Muerte, vida y celos en el comunismo». Dice, por ejemplo: «La religión, de este modo, en su concepto más radical no es el opio del pueblo (...), sino la conciencia de la incongruencia y/o inconsistencia de la realidad positiva existente, la incongruencia que hemos perseguido a través de este libro cuya premisa básica es que el orden del ser está acechado por su propia imposibilidad y surge a partir de ella. Esta paradoja ontológica arroja una nueva luz sobre el problema de la deontología, de cómo derivar el Debería del Es (...) Solo el paso a través de este punto-cero de la resignación infinita, de la absoluta desesperanza, puede fundamentar una ética materialista». En definitiva, una obra clarividente, recóndita, vital para ir leyendo en pequeñas libaciones.

‘Incontinencia del vacío’.

Autor: Slavoj Zizek.

Editorial: Anagrama. Barcelona, 2023.

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