Las raíces romanas de la ciudad

Desiderio Vaquerizo: «Córdoba fue primero romana y luego todo lo demás»

El arqueólogo presenta esta tarde en el Real Círculo de la Amistad su nuevo libro, ‘Córdoba romana: La ciudad oculta’, una obra de lujo con más de 500 páginas editada por Almuzara

Desiderio Vaquerizo presentará esta tarde su libro, un vademecum sobre la Córdoba romana.

Desiderio Vaquerizo presentará esta tarde su libro, un vademecum sobre la Córdoba romana. / Patricia Cachinero

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Desiderio Vaquerizo presentará esta tarde a las 20.30 horas en el Círculo de la Amistad Córdoba romana: La ciudad oculta, un libro editado por Almuzara que ya ha sido calificado como «monumental» y que se gestó a sugerencia de un amigo del autor, el doctor Fernando López Segura, amante de la antigüedad. El propósito de Vaquerizo era escribir una obra de lujo que ofreciera un compendio sobre el pasado romano de la ciudad. El resultado, que ha sido posible gracias al respaldo de la editorial y el mecenazgo de Eugenio Sánchez Ramade, es «una herramienta que ofrece un vademecum donde encontrar toda la información sobre la Córdoba romana para uso educativo y de identidad, ya que Córdoba siempre ha dado de lado a su pasado romano y yo entendía que era necesario reivindicarlo».

La ciudad oculta

De ahí viene el subtítulo de La ciudad oculta, que se explica porque «la etapa romana, la más antigua que tiene la ciudad en su sede histórica ha sido expoliada por las diferentes civilizaciones, se ha transformado, reutilizado pero, sobre todo, en estos últimos 40 años, con el boom inmobiliario, ha sufrido muchísimas pérdidas y lo poco que queda o está oculto en sótanos y garajes a los que no se puede acceder, está criando jaramagos en cuatro solares que se conservan o está siendo intervenido de forma bastante brusca». El objetivo de este libro era, por tanto, reivindicar ese legado, «sacarlo a la luz y ofrecerlo en una obra de conjunto bella, cuidada que sirva para entender que primero de todo Córdoba fue romana». En opinión de Vaquerizo, «Córdoba ha potenciado su legado islámico, cayendo en el estereotipo de vender al mundo la imagen de la Córdoba mora, islámica, más pintoresca y costumbrista». Y es que, aunque reconoce que la Córdoba actual, a nivel idiosincrático y de carácter, «tiene más de musulmana que de romana porque se ha potenciado ese carácter, por la genética y porque los musulmanes se fueron hace menos siglos que los romanos», la ciudad no ha sabido encontrar soluciones para los restos romanos, «que suelen estar en las zonas más bajas y son más difíciles de tratar porque suelen además ser monumentales» y sigue, afirma, potenciando el prototipo de herencia musulmana «olvidando que nada de eso habría existido sin una ciudad fundada por los romanos, que le dieron su imagen clásica y establecieron la base de sus murallas, su callejero, sus instituciones y su lengua». E insiste, «primero fuimos romanos y luego todo lo demás». Sobre el legado romano, Vaquerizo recuerda que «la ciudad no existía hasta que la creó Roma». La ciudad vieja, la turdetana, estaba en el Parque Cruz Conde «y son los romanos los que deciden crear una nueva ciudad, Corduba, en la colina que hoy es la zona entre Colón y Tendillas, en la vieja ciudad republicana y, tras ser destruida por César en las guerras civiles, se amplía hasta el río y se convierte en una ciudad monumental, al servicio de la idea imperial de Augusto». En este sentido, recalca, «los romanos establecen la imagen de la ciudad, su trazado, las murallas, las calles principales, el derecho y la lengua porque nosotros no hablamos árabe sino una lengua romance que viene del latín, en definitiva, nos dejan la esencia de nuestra cultura».

Córdoba romana y Al Andalus

Al respecto, el arqueólogo señala que los musulmanes «cuando llegan a Córdoba habían bebido de los clásicos y tenían formación que pasaba por el mundo griego y antiguo y potenciaron la recuperación de los textos clásicos, la biblioteca, medicina, física, astronomía que recuperaron de la herencia del mundo antiguo». Sobre Al Andalus, Vaquerizo es rotundo: «Sin esa Córdoba romana, Al Andalus no habría sido lo que fue», afirma, «el esplendor andalusí se basa en el esplendor romano, los musulmanes nunca habrían escogido Córdoba como capital si no hubiera sido antes capital de la Bética, ya que la ciudad representaba un símbolo, Córdoba era la cabeza del territorio y si dominas la capital se domina el resto física y culturalmente, por eso hay un ejercicio de suplantación cultural, explica, y pone como ejemplo la creación de los arrabales «que son de tipo clásico», o la reutilización en lugares como Medina Azahara de los viejos sarcófagos romanos como fuentes.

En su opinión, «la gente no habla de la Córdoba romana, que fue una ciudad émula de Roma en los siglos Iy II DC, absolutamente colosal, porque no la conoce y porque hay una falta de patrimonialización». Su libro muestra «dónde están los restos que no se ven para que se puedan reivindicar» con la idea de «iniciar un movimiento que devuelva la luz a esa Córdoba romana, con seriedad y sin concesiones». Cuesta mucho imaginar cómo fue la Córdoba romana, por eso el libro incluye muchas infografías y reconstrucciones para que se entienda cómo eran los espacios». Para el autor, «no podemos seguir destruyendo y ocultando este legado por desidia, es hora de recuperar nuestras raíces».

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