Fútbol

El Real Madrid celebra 'La Decimoquinta' como una gloriosa rutina y con un baño de masas

Miles de aficionados abarrotaron las calles de la capital española en la despedida de Kroos y la consagración de la generación más ganadora de la historia del club blanco

Denís Iglesias

Tan importante como ganar es saber celebrar. Disfrutar del momento para el que se trabaja durante el torneo más exigente del mundo como la Champions. Si el Real Madrid ha llegado a ganar quince Copas de Europa es por el insaciable apetito y el valor que le da a cada gesta. El equipo dirigido por Ancelotti, un técnico inalcanzable, se dio un baño de masas por la capital española, que se entregó a su gran embajador para recordarle que 'La Decimoquinta' solo es el inicio del camino hacia 'La Decimosexta', como ambicionó Florentino Pérez, presidente de al era más ganadora del club.

El Real Madrid inició su recorrido con una parada en la Catedral de La Almudena. Cualquier panorámica del recorrido mostraba que la ciudad se había echado a la calle para reivindicar un triunfo de su equipo más ganador. La búsqueda por no convertir el éxito en una acción formal, algo que solo provoca frustración en caso de que no se consiga el propósito fijado (la sensación que padece el antimadridismo en la última década). Según fuentes del club, hasta un millón de personas crearon un cordón blanco en las calles por las que circuló el autobús de la expedición blanca.

Camavinga, el más cariñoso con los niños

En La Almudena, José Cobo, arzobispo de Madrid, felicitó al campeón de Europa, "por todo lo que significa para el equipo y para la ciudad". Asimismo, aseguró que "ser campeones es un privilegio, pero también una responsabilidad y social" y parafraseó al Papa Francisco, para quien "el deporte nos enseña el valor de la fraternidad, porque lo que lo importa en el campo es el compromiso y el objetivo común".

Por último, el arzobispo Cobo reflexionó sobre una de las cuestiones que, medio broma medio en serio, se plantea cada vez que el Real Madrid acomete una remontada o simplemente con ver su secuencia triunfal. "No sé de qué equipo sería Jesús, el hijo de María, pero sé que por encima de divisiones y exclusiones, Jesucristo agradece esta Copa y se hace presente con vosotros y nos dice que Dios está cerca en los sufrimientos y las alegrías de la vida", cerró el prelado su intervención.

El denominador común en todo el recorrido del campeón de Europa fueron los niños. Una generación, que a diferencia de la de sus padres, se ha creado en la absoluta abundancia. Sus progenitores, sin saberlo, les han enseñado el camino de la felicidad que han emprendido hombres como Camavinga o Bellingham, los más cariñosos con el público joven. 'Niños', como ellos, pese al recorrido profesional que tienen encima.

Florentino: "Estáis construyendo una etapa legendaria"

Como lo fue en su día Nacho, quien igualó a Paco Gento con seis Copas de Europa junto a Carvajal, héroe de la final, Modric y Kroos. El de Alcalá se estrenó esta temporada como capitán y lo ha hecho a lo grande, con la Champions, Liga y Supercopa. Fue el encargado de iniciar las intervenciones en Sol. "Otra vez somos campeones de Europa. Parece que es fácil, pero uno nunca se cansa de ganar títulos. Es un orgullo ser capitán de este equipo", defendió.

Por su parte, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid que superó en títulos a Santiago Bernabéu -este domingo se cumplió el 46º aniversario de su muerte-, recordó las dificultades que ha atravesado el equipo en esta brillante temporada. "Las lesiones han sido un obstáculo que este grupo ha sido superar como una gran familia. Estáis construyendo una etapa legendaria", reivindicó, centrando el foco en Kroos, que ha vivido su último partido como jugador blanco. Por cierto, ya ha desginado sucesor: "Mi '8' será para Valverde", dijo en Cibeles el germano.

"Este equipo de leyenda que ha ganado seis en Champions en diez años es la demostración de que con este escudo se pueden conseguir cosas mágicas que tienen difícil explicación. Lo sabe bien Carlo Ancelotti, el entrenador con más Champions de la historia, un ejemplo de nuestros valores. Este club trabaja desde ahora mismo para conseguir un nuevo sueño, que es la 16ª Copa de Europa", avanzó el máximo mandatario blanco.

Una de las que estuvo presente en Wembley fue Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien calificó al campeón de Europa como "el mejor equipo del mundo". En su discurso puso el foco en Carvajal o Nacho, los canteranos blancos que han triunfado con una generación que ha ganado seis Champions en diez años. "Ser del Real Madrid es genial. En cada partido hay una masa ingente de personas deseando que gane y otra igual deseando que pierda. No deja a nadie indiferente", dijo Ayuso para explicar la dicotomía que se vive en los encuentros de club blanco.

Todas las miradas en Kroos: "Gracias por estos diez años"

Pero la celebración era para la afición, donde se veían rostros emocionados. Cuanto más avanzaba la tarde, más aficionados del Real Madrid se concentraban en los diferentes puntos del recorrido blanco. Los campeones de Europa salieron al balcón de Sol para ofrecer La Decimoquinta a la masa de aficionados madridistas. "Ha sido increíble este año, en el que solo hemos perdido dos partidos. Dan ganas de echarse a llorar cuando piensas en todos los momentos vividos. Somos los reyes de Europa", aseveró Carvajal.

A demanda del público el micrófono fue pasando de un jugador a otro. El más demandado, por lo simbólico del momento, fue Kroos. "Hace unas semanas os prometí que volveríamos aquí: os traemos la 15ª. Muchas gracias por diez años inolvidables, no tengo palabras", dijo el alemán. Vinicius -para el que sus compañeros pidieron el Balón de Oro-, elevado como uno de los nuevos próceres del madridismo, hizo un ejercicio de agradecimiento colectivo a sus compañeros y 'amenazó' con "ganar mucho más". El 'loco' Rüdiger y Courtois, otras dos piezas fundamentales de este equipo arengaron a la hinchada blanca antes del viaje a Cibeles.

Abrazo de Nacho con la diosa Cibeles y éxtasis blanco

El alcalde Madrid, José Luis Martínez-Almeida, también tuvo palabras para el "eterno" -como consignaron sus compañeros- Kroos, al que definió como "un español, un madrileño de Alemania que ha ofrecido un magisterio de valores fuera del campo". El responsable del consistorio madrileño recibió a los campeones con un guiño. Chaqueta blanca, pero, como en anteriores celebraciones, un 'atlético' de corazón como él se negó a ponerse la camiseta con al que le agasajó el Real Madrid. Irá para su esposa, declarada 'merengue', y quien le acompañó en el evento. Almeida tildó de "hazaña" la secuencia triunfal de seis Champions en diez años.

"Es tan asombroso ganar seis Copas de Europa como la naturalidad con la que lo hacéis. Vosotros siempre estáis ahí. Ganar el Madrid es inherente a llevar ese escudo y no es fácil soportar esa presión", describió Almeida. Algo que se percibió tras el final del último acto con protocolo, con Vinicius chocando las manos con todos los presentes en la sede del Ayuntamiento y Bellingham firmando cualquier cuaderno que le ponían delante. Tocaba, al fin, Cibeles, a la que el autobús llegó escoltado por la unidad especial de caballería (todos los equinos blancos) compuesta, entre otros, por el padre de Dani Carvajal.

Cibeles, una plaza que cada año tiene asegurada una vista (como mínimo) de un Real Madrid que conversa, gracias a su leyenda interminable, de tú a tú con la diosa "No nos cansamos de ganar", aseguró Nacho al madridismo. Por fin, sin el traje y despojados de toda obligación institucional, el equipo pudo al fin sentirse libre. Ancelotti, con la gorra para atrás y por supuesto, puro en boca; Camavinga, al frente de las operaciones festivas; y una marabunta siguiendo el recorrido de un autocar que era una familia. "El poder de la amistad", un 'meme' hecho realidad para llevar a la gloria a un vestuario que es pura concordia, como demostró Carletto presentando en sociedad a Arda Güler. Y ahora llega Mbappé, con todo lo que supone, a un club donde el escudo está por encima de todo.