Opinión | La cafetera de Aspasia

El rapto de Europa

Un circo antiguo de los de pueblo, lleno de personajes, tipo verbena

Quizás no sea casualidad que el origen mítico de Europa comenzara con un rapto. Para la cultura griega, fue Zeus (como siempre, él iba a lo suyo... para eso era un Dios inmenso) quien raptó a una princesa con este nombre. No deja de ser turbio que, para realizarlo, se ‘metamorfoseara’ en un toro blanco con el fin de llevársela en su lomo, aunque Goya lo pintaría siglos más tarde como un toro negro. Él podía ya que, para algo, es también una especie de Dios.

Europa, así, nació míticamente con un acto tan violento como machista. Hoy, siglos después, vemos cómo la idea de una Europa común es raptada en nuestro país, en cierta medida, por el tipo de campaña electoral que nos invade, que parece un circo.

Un circo antiguo de los de pueblo, lleno de personajes, tipo verbena: desde políticos mandando cartas a la ciudadanía como si fueran Pablo de Tarso escribiendo a los Corintios, hasta políticas mandando (disculpen) a la mierda a la oposición; otros que parece que predican en el desierto o contra sí mismos y no saben ni dónde están, o bien los que presentan problemas complejos como la inmigración con respuestas insultantemente simples o crueles.

Personalmente, considero que el proyecto europeo es una de las mejores ideas políticas que se tuvo en el siglo XX, máximo después de dos guerras mundiales. El continente hizo gala de un ejercicio de madurez pasmosa tras haber sufrido semejantes tragedias. Algunas personas, como la artista alemana Käthe Kollwitz enterraron a su hijo en la Primera Guerra Mundial y a su nieto en la segunda. Un continente que fue destrozado literalmente y, a pesar de ello, creyó en un futuro juntos.

Me gusta Europa, me gusta su proyecto, que no es nada fácil ya que se puede basar en muchas estrategias para su construcción, menos en la del odio.

En estas elecciones nuestra ciudadanía europea está radicalmente secuestrada. No nos hablan de futuro, de innovación, inflación, vivienda, tecnología, ni de planes de educación, ni de solidaridad, economía, inversión, etcétera. La campaña española está secuestrada por señores (en su mayoría hombres) cuando las candidatas principales son -en su mayoría-mujeres. ¿Estas candidatas, cabeza de listas al Parlamento Europeo... dónde están? ¿Cuáles son sus propuestas? Sus voces están fagocitadas, diluidas en intereses nacionales. Me parece una falta de respeto lamentable. De nuevo, Europa, raptada.

*Artista y profesora de la Universidad de Sevilla

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