Opinión | Paso a paso

Cruz Roja

La benemérita Cruz Roja, en un encomiable alarde de filantropía, ha decidido lanzar una serie de actividades dirigidas a unos 240 jóvenes cordobeses con el noble propósito de prevenir el bullying. Este loable esfuerzo, que se enmarca en un contexto de creciente desasosiego social y educativa descomposición, pretende crear entornos escolares más seguros y solidarios, a la par que enfrenta una lacra que, como el gusano de la corrupción en el alma de Macbeth, devora silenciosamente el tejido moral de nuestra juventud.

Este programa de actividades no solo aborda el problema del bullying desde una perspectiva paliativa, sino que también incide en la prevención, un concepto que parece haber sido olvidado por nuestras adormecidas autoridades educativas. Con su intervención, la Cruz Roja trata de sembrar en los corazones juveniles la semilla de la empatía, una virtud tan en desuso como el epítome del desinterés en nuestra sociedad egocéntrica y digitalizada. Mientras tanto, nuestros políticos, en su acostumbrada y sonrojante apatía, parecen más preocupados por el número de votos que pueden conseguir en las próximas elecciones que por la creación de un sistema educativo que fomente los valores humanos. Resulta irónico, cuando no trágico, que sea una organización no gubernamental la que asuma responsabilidades que deberían recaer en el Estado. Pero, como decía Juvenal, «Quis custodiet ipsos custodes?» (¿Quién vigilará a los propios vigilantes?). En definitiva, el esfuerzo de la Cruz Roja por prevenir el bullying en Córdoba es una luz de esperanza en medio de la oscuridad de la apatía institucional. Pero no debemos conformarnos con aplaudir desde la distancia; es imperativo que todos, desde los padres hasta los docentes, pasando por los propios alumnos, nos comprometamos a erradicar esta lacra. Porque, como bien decía Aristóteles, «la educación es el mejor provisionamiento para la vejez», y no hay mejor educación que aquella que nos enseña a ser, ante todo, humanos.

*Mediador y escritor

Suscríbete para seguir leyendo