Opinión | El cuerpo en guerra

Mismos personajes, nuevos dramas de época

No se trata sólo de la ‘María Antonieta’ (2006) de Sofía Coppola, ‘La favorita’ (2018) de Yorgos Lanthimos o ‘Las dos reinas (o ‘María, Reina de Escocia’, según la traducción del momento) (2019) de Josie Rourke, entre otras. En ellas, los mismos personajes relevantes de siempre, con nuevas miradas que nos sitúan ante distintos escenarios que nos permiten descubrir o imaginar nuevos rasgos de estos y posibles escenarios no contemplados hasta ahora.

Todas las arriba mencionadas me han fascinado -sí, reconozco que me gustan (pero en dosis moderadas) los dramas de época- más allá de la pomposidad de los vestidos que algún día sueño con poder probarme, pero sobre todo porque presentan a personajes femeninos con una fortaleza y unicidad que jamás les había atribuido la Historia, más allá de leyendas y habladurías. Sin embargo, ninguna había llegado a dejarme tan desconcertada como la alemana ‘Sissi y yo’ (2023), de Frauke Finststerwalder, protagonizada por una de las actrices del momento, Sandra Hüler (’Anatomía de una caída’), y Susanne Wolff. Ante ella, el personaje de Sissi que estábamos acostumbrados a ver, el de las películas de los ‘50, que edulcoraba nuestras sobremesas en los ‘90 y primeros 2000 encarnado por la bella Romy Schneider, se resquebraja y algo nos estalla en la cabeza. Pero... ¿hablan de la misma Sissi?

En la película de Finststerwalder, de repente, se erige una Sissi empoderada, de difícil carácter, que pasa de su maridito y se aleja de él para llevar la vida que ella desea y es muy selectiva con sus costumbres y aquellos que la rodean. ¿Nos han tenido engañados todos estos años sobre cómo era Sissi, su salud y temperamento? ¿Cuál nos da un retrato más fiel a la figura histórica de la emperatriz de Austria?

Por lo que he leído indagando por internet, lo de las películas de los ‘50 era puro cuento de hadas adoctrina niñas. La indómita Sissi no era especialmente guapa, se sometía a dietas enfermizas, tuvo varios amantes (no había amor en el matrimonio) e hijos que podrían ser ilegítimos, fue clave para que la tensión entre Austria y Hungría se calmara... Así que sí, la imagen de la versión más reciente se parece más a la de verdad. ¿Con cuántas mujeres de la historia nos habrán vendido la moto también? Qué necesario seguir investigando ante aquellas que nos precedieron, hacer «Herstory» y también aportar ficción de época con nuevas miradas que nos trasladen a posibles escenarios que jamás se habrían nombrado.

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