VALORACIONES

Javier Alcalá de la Moneda, de la DOP Baena: «El consumo se ha mantenido mejor de lo que se esperaba»

Afirma que la clave en el sector del aceite se encuentra en «apostar por la calidad y mantener un precio digno, sin dejarnos llevar por el pánico especulativo»

Javier Alcalá de la Moneda, presidente de la DOP Baena.

Javier Alcalá de la Moneda, presidente de la DOP Baena. / CÓRDOBA

Pilar Cobos

Pilar Cobos

Javier Alcalá de la Moneda preside la Denominación de Origen Baena y la Cooperativa Olivarera Nuestra Señora de Guadalupe, y afirma que la clave se encuentra en «apostar por la calidad y mantener un precio digno, sin dejarnos llevar por el pánico especulativo». En esta línea, opina que «si el sector del aceite debe aprender algo es, precisamente, a valorar su producto. El consumo se ha mantenido mejor de lo que se esperaba y eso significa que el consumidor sabe apreciar el producto de calidad». Este profesional confirma que la caída de la producción hace peligrar las explotaciones y destaca que «el olivar tradicional y el secano están viviendo momentos muy difíciles», ya que tienen un coste de producción mayor y a esto se ha sumado la sequía, «que está llevando la situación al límite». De este modo, afirma que «se echa de menos que las administraciones centren su apoyo en este tipo de cultivo, probablemente, el más social que hay hoy en el campo».

Respecto a la situación histórica del valor del aceite, reconoce que «el sector siempre ha clamado por unos precios justos, que no son los actuales. A nadie le beneficia esta subida tan excesiva que puede retraer al consumidor». Sin embargo, alude a los precios de 2020 y otros ejercicios con niveles similares, y subraya que «tampoco era justo un precio de dos euros, que estaba llevando a la ruina a la mayoría de las explotaciones».

Lo deseable, por tanto, sería que los precios «se ajusten a la realidad del coste de producción». El presidente de la DOP Baena no apunta cifras, pero señala que un buen precio sería «un valor que asegure una vida digna al productor y que otorgue el valor suficiente a la cadena alimentaria, sin que haya una excesiva diferencia entre lo que cobra el olivarero y lo que paga el consumidor». Al preguntarle cuándo verán los consumidores precios más bajos, manifiesta su deseo de que «ojalá lo que resta de invierno y la primavera sean generosos en precipitaciones. En otro caso, tendremos otro año con mucha tensión en el precio del aceite», avanza

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