Nuevas infraestructuras turísticas

El cinco estrellas del Cortijo Corbella en Posadas abrirá en octubre

Está ubicado a tres kilómetros del casco urbano y albergará 25 ‘suites’ de lujo

La empresa ha invertido más de dos millones en la obra

Hotel Corbella de Posadas

A. J. González

Rafael Valenzuela

Rafael Valenzuela

El municipio de Posadas contará en el plazo de cuatro meses con el primer hotel de cinco estrellas de la provincia de Córdoba (si exceptuamos la capital). La empresa promotora, Corbella Rústica, liderada por Isidro López Magdaleno (uno de los titulares de Magtel), ultima los preparativos para transformar el conocido cortijo de La emparedada en el futuro hotel Corbella, que espera abrir sus puertas en octubre. La adecuación del espacio y la puesta en marcha del negocio ha supuesto una inversión de más de dos millones de euros, según ha informado su responsable.

El cortijo La Emparedada tiene una superficie, según los datos facilitados por el titular del negocio, de 160 hectáreas, entre el edificio y las tierras de alrededor (porque además de la finca principal, se ha unido otra lindera que se llama Las Merinas).

El caserío se encuentra a unos tres kilómetros de Posadas, pero a solo uno de la carretera A-431, entre la localidad malena y Almodóvar del Río y a unos 27 kilómetros de la capital. En su puesta a punto han venido trabajando durante más de dos años una veintena de personas, a las que ahora se unen los de decoración, mobiliario y culminación de detalles.

Respeto en la obra

Isidro López asegura que en los trabajos de remodelación del recinto se han respetado al máximo todas las estructuras originales y los techos, además de numerosas dependencias que ahora servirán de original ornamentación al establecimiento turístico. El futuro hotel Corbella contará con 25 suites, todas ellas de diferentes medidas y diseño, porque se ha intentado al máximo, explica el empresario, respetar la estructura y aprovechar la luz natural para que el cliente cuente con vistas directas al entorno natural en el que se encuentra. La adecuación ornamental está corriendo a cargo de la diseñadora cordobesa Felisa Vega, que está dando a cada estancia, a cada rincón, una imagen particular.

La antigua alberca, convertida en piscina. | A.J. GONZÁLEZ

Isidro López Magdaleno, responsable de la empresa Corbella Rústica, ante la entrada principal del cortijo. / A.J. GONZÁLEZ

Las habitaciones se reparten en dos módulos. El primero cuenta con 14 estancias, que es el del cortijo propiamente dicho. El otro, en unas instalaciones anejas, también con uso agrario anteriormente, donde irán las otras 11 habitaciones. A modo de ejemplo, una de las suites más avanzadas en su terminación, ubicada en la planta baja, tiene una superficie de 85 metros cuadrados, dos dormitorios, baño, cocina y salón con chimenea.

Entre los rincones singulares de este original negocio hostelero figura la capilla, que es junto con el molino, una de las partes más antiguas del cortijo, del siglo XVII, en la que se han mantenido algunas de las figuras religiosas de la congregación Agustina y otras incorporadas posteriormente por sucesivos propietarios. En el molino, por su parte, se pueden apreciar tinajas de almacenamiento de aceite anteriores a esas fechas y otra zona, donde aún está y funciona, la prensa de piedras y otros depósitos metálicos. En concreto, la zona de la prensa será la que acoja el futuro restaurante del hotel.

Imagen de los patios del hotel desde una de las habitaciones.

La antigua alberca, convertida en piscina. / A.J. GONZÁLEZ

El negocio, además de ofrecer un alojamiento y unas prestaciones de excelencia, explica el propietario, aportará una vertiente cultural y etnológica sobre las distintas labores agrarias que tradicionalmente se han desarrollado en los cortijos andaluces, en los que los patios, cada uno con unas características, generan un ambiente distinto, acorde con el servicio que prestaban en su momento.

El tipo de clientela que espera acoger este negocio, según expuso a Diario CÓRDOBA Isidro López, serán «personas que les guste el campo, las vistas que hay son espectaculares y el entorno es magnífico». Además, señala que cada época tendrá su propio atractivo, «ahora está recién segado el trigo, pero en otros momentos se pueden ver otros tonos de color en el campo».

La capilla mantiene, prácticamente, su imagen original.

La capilla mantiene, prácticamente, su imagen original. / A.J. GONZÁLEZ

Añade López Magdaleno que todos los jardines que rodean el edificio acogen más de 3.000 plantas, «todas ellas existen en el cerro que hay enfrente. Es todo autóctono para que el cliente se sienta totalmente imbuido por el ambiente».

El objetivo es, por tanto, «distinto a un hotel clásico de cinco estrellas que está en la costa, los clientes vendrán buscando darse un paseo por el campo, disfrutar de la naturaleza. Porque aquí los sonidos que se escucharán serán los de los pájaros y los propios de la vida en el campo».

Sobre el valor del lugar, Isidro López reflexiona señalando que «aquí se respiran los siglos que tiene esto, la solera. El cliente podrá encontrar paz y tranquilidad». Hasta tal punto estas sensaciones son las que vive Isidro López en este enclave que su primera intención fue la de instalar su residencia en él, para , posteriormente, ampliar sus expectativas convirtiéndolo en su proyecto más ilusionante.

La prensa del molino de aceite está en el restaurante del hotel.

La prensa del molino de aceite está en el restaurante del hotel. / A.J. GONZÁLEZ

La energía y el agua

La especialidad de la empresa familiar Magtel en materia de energías renovables es otro factor que ha jugado a favor del proyecto del hotel Corbella, porque se está dotando de instalaciones autosuficientes en energía eléctrica, generada por placas fotovoltaicas que generan 100 kilowatios y que están montadas en las cubiertas del aparcamiento del hotel.

El agua tampoco faltará porque la finca dispone de varios manantiales desde donde se sube el recurso a un depósito con planta potabilizadora para bajar después el agua hasta el edificio. Además, junto al hotel discurre el arroyo Guadazujeros, que hay que atravesar por un puente, también del siglo XVII, para acceder a la piscina.

¿Nueva línea de negocio?

La puesta en marcha de este negocio hotelero no es la primera apuesta por el sector turístico de los hermanos López Magdaleno, puesto que la empresa Magtel también adquirió hace unos años el Palacio de Moratalla para también convertirlo en un hotel de lujo. En este caso, Isidro López aclara que el hotel Corbella es una iniciativa particular suya, igual que otro hotel de tres estrellas que se está rehabilitando en Posadas, el antiguo hotel María que pasará a llamarse hotel Los Molinillos, que tendrá 48 habitaciones. Sin embargo, por el momento, la sociedad de los hermanos López Magdaleno no se ha planteado crear un departamento hotelero en la compañía.

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