Elecciones 9J

El último duelo entre PP y PSOE: unas europeas muy reñidas que fuerzan ajustes en las campañas

Los populares explotan la amnistía como un fin de ciclo de la legislatura, tras aprobarse definitivamente, y acorralan a Sánchez por “corrupción” debido al giro en la investigación judicial sobre su esposa

En Ferraz insisten en aglutinar el voto frente a la "coalición reaccionaria" y redoblan la presencia en campaña de Sánchez para agitar la bandera de la "remontada"

Preparativos para la jornada electoral del 9J

Preparativos para la jornada electoral del 9J / Quique García

La política española no baja de intensidad y el bucle electoral continúa: en lo que va de año se han celebrado tres elecciones autonómicas y en una semana llegan las europeas, las únicas en las que están llamados todos los españoles a las urnas. La votación también se celebra una semana después de que se haya aprobado la ley de amnistía, la condición que pusieron los independentistas para hacer presidente a Pedro Sánchez y permitir el arranque de la legislatura. Para el PP, en cambio, ha sido la principal baza de oposición de los últimos seis meses.  

Por el camino han ocurrido muchas otras cosas que en esta última semana se han intensificado a cotas máximas: la investigación a la esposa del presidente del Gobierno por sus actividades profesionales en un juzgado de Madrid -y el conocimiento de que tenía condición procesal de investigada desde hace un mes y medio, cuando Sánchez escribió una carta a la ciudadanía amagando con dimitir- y el estallido de la ‘trama Koldo’ con epicentro en el Ministerio de Transportes que dirigía en aquel momento José Luis Ábalos.

El PP planteó desde el principio las elecciones europeas del 9 de junio como un plebiscito contra Pedro Sánchez, una especie de reválida tras las generales. Ahora, con todos estos ingredientes encima de la mesa, esa idea aumentará en la recta final de la campaña. Feijóo irá al todo o nada. El PSOE, por su parte, defiende la amnistía como el paso definitivo para reconstruir la política en Cataluña y reconciliar a la sociedad y, además, la ve respaldada por completo a la luz del último resultado con una victoria rotunda del PSC. En este punto, los socialistas agitan la campaña contra la ultraderecha que ya empleó en las generales de julio, convencidos de que pueden disputar la victoria a los conservadores. O, como mínimo, hacerles sufrir.

La realidad es que las encuestas publicadas -con la única excepción del CIS- coinciden en una victoria del PP, que crecería notablemente hasta los 23 o 24 eurodiputados, pero con un PSOE que aguanta en el entorno de sus 21 actuales. Un margen muy pequeño para unas elecciones en las que los dos partidos se juegan tanto.

Y teniendo en cuenta que cada vez más electores deciden su voto durante la campaña electoral, los grandes partidos han ido ajustando sus estrategias de campaña, forzados a ejecutar cambios y atornillar sus discursos. Los populares recuperan este fin de semana el discurso contra la amnistía después de haberlo encapsulado. Feijóo contará con el apoyo de Ursula von der Leyen, que aspira a volver a presidir la Comisión Europea, en Galicia este sábado. El objetivo es enviar un mensaje claro a Europa en contra de la ley aprobada, y la confianza de que la justicia europea la echará para atrás. Mientras tanto, los populares ultiman su respuesta jurídica ante el Tribunal Constitucional con una decena de recursos. Al mensaje de la amnistía Feijóo seguirá sumando la ofensiva desplegada por el caso de Begoña Gómez.

En el caso del PSOE, que ha ido elevando el listón, la implicación de todos los ministros será máxima y también la del presidente, quien redoblará su participación en la segunda mitad de campaña. A los tres mítines previstos en lo que restaba hasta el cierre de campaña, esta semana se decidió apretar la agenda al máximo para añadir otros cuatro más. Barakaldo, Los Alcázares, Gijón y Barcelona se suman así a los programados en Valladolid, Málaga y Madrid. Se estirará también el comodín del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, una vez más con una caravana paralela.

El PSOE apela a la “remontada”

Sánchez ondea la bandera de la “remontada” y trata de combinar el traje de estadista en política internacional con la armadura de combatiente contra la “ola ultraderechista”. En los últimos días ha desplegado una agenda institucional con hitos como el reconocimiento del Estado de Palestina y el recibimiento en Moncloa del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, al tiempo que ha elevado el tono para intentar aglutinar el voto progresista frente a la “coalición reaccionaria”.

En el PSOE evitan así entrar al debate sobre la situación judicial de la mujer del presidente, con el argumento de que “no hay caso”. Además, entienden que sus efectos electorales son limitados porque las prioridades de la ciudadanía son otras. Sobre la amnistía, no solo la consideran amortizada, sino que intentan suavizar el amplio rechazo social, incluso dentro de su electorado, subrayando que ya estaría teniendo efectos positivos en la normalización política e institucional tras romper la mayoría independentista en las catalanas.

A la favorable tendencia que los socialistas explican por las elecciones vascas y, principalmente, las catalanas, suman ahora las “equivocaciones” que atribuyen a Feijóo por sus “tumbos” en materia de pactos, al abrir la puerta a la formación de la primera ministra italiana, Georgia Meloni, aliada de Vox en el Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos.

Echando mano de sus ‘tracking’ internos, que en la cúpula de Ferraz califican de “buenos”, explican que en intención directa de voto incluso podría estar por encima de los populares. De unas expectativas durante la precampaña basadas en recortar distancias con el PP a “dos o tres puntos”, en el PSOE ahora llegan a confiar en quedar primeros. “Estamos muy igualados y el PP se nota que está nervioso”, trasladan fuentes de la dirección para concluir que “creemos que podemos ganar”. Un ministro socialista del núcleo duro del presidente del Gobierno vincula lo que califica de sobreactuación de la oposición con el caso de la mujer de Pedro Sánchez a que sus ‘tracking’ internos serían “terroríficos”.

El PP se moviliza para unir a la derecha

Feijóo se enfrenta a arenas movedizas en esta campaña. Su partido a nivel europeo -de ahí sus palabras diferenciando las ultraderechas europeas- empieza a valorar un acercamiento a Giorgia Meloni, evitando al resto de partidos de la extrema derecha, donde está Vox. Pero los populares, precisamente, ya comparten muchos gobiernos autonómicos y municipales con los de Abascal.

Vox está explotando al máximo su agenda internacional -a la crisis de Milei se sumó esta semana la foto con Benjamín Netanyahu en Israel con el objetivo de agitar al electorado más ultra- mientras que en Génova son conscientes de que necesitan aunar el voto de toda la derecha para tener una distancia consistente con el PSOE.

Ya en el pleno de la amnistía se evidenció la búsqueda de protagonismo de Vox con diputados que trataron de boicotear el pleno, e incluso interrumpieron la votación a grito de “traidores”. El PP no esconde que el partido de Abascal opera en clave europea para tratar de ganar su espacio. Feijóo ha dado orden de movilización máxima a los suyos, especialmente a los alcaldes -son del PP la inmensa mayoría de las capitales de provincia-, pero en estos días endurecerá el tono para tratar de amarrar la mayoría de las derechas. En su resultado -necesita la victoria que él mismo ha pronosticado- se verá el aval a su oposición y, sobre todo, se verá si evita abrir otro debate en torno a su liderazgo.