Historia

El legado del agua en la Córdoba romana que sigue vigente

La ciudad contó con tres acueductos y más de 34 kilómetros de canalizaciones que la convirtieron en una referencia en infraestructura hidráulica, además de una de las mejor abastecidas del Imperio romano. Estas construcciones fueron claves para su desarrollo económico

Los restos de los acueductos romanos de Córdoba

Víctor Castro

Adrián Ramírez

Adrián Ramírez

La Córdoba romana es una de las grandes desconocidas de la historia de la ciudad. A nuestros días han llegado monumentos como el templo de la calle Claudio Marcelo, mosaicos de gran valor o el mausoleo de Puerta Gallegos, entre otros. Estas construcciones son un reflejo de la importancia que tuvo la ciudad en Hispania. Sin embargo, uno de los legados más importantes de este periodo, y que pese a esto permanece prácticamente oculto o destruido, son los acueductos. Córdoba llegó a contar con más de 30 kilómetros que la convirtieron en una de las ciudades con mejores infraestructuras hidráulicas de todo el imperio.

Los acueductos de la Córdoba romana

El Acueducto de Valdepuentes

Qurtuba contó con al menos tres acueductos que se fueron construyendo a lo largo del periodo romano. El más importante de ellos es el de Valdepuentes o Aqua Vetus. Erigido durante la época del emperador Augusto (del 27 a.C. al 14 d.C.), tenía una longitud de 18,6 kilómetros. Captaba agua del arroyo Bejarano y la transportaba hasta la ciudad. "Era principalmente subterráneo y, para salvar el desnivel, utilizaba más de 30 pozos de registro", explica Desiderio Vaquerizo, arqueólogo y autor del libro Córdoba romana. La ciudad oculta (Almuzara, 2024), en el que se aborda durante un capítulo la importancia del agua en la ciudad durante este periodo.

Gráfico de los acueductos de Córdoba en época romana.

Gráfico de los acueductos de Córdoba en época romana. / CÓRDOBA

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El canal del Aqua Vetus tenía unos 60 centímetros de ancho y toda su estructura estaba hecha con cemento romano. Transportaba entre 20.000 y 35.000 metros cúbicos de agua diarios. Su construcción coincide con un periodo de expansión y monumentalización de la ciudad, el cual se tradujo en un desarrollo de las estructuras hidráulicas. A su vez, se trazó la primera red de calles y cloacas.

El acueducto de Valdepuentes medía 18,6 kilómetros y tenía más de 30 pozos para traer agua de la sierra

El acueducto de Valdepuentes, tal y como señala la arqueóloga Guadalupe Pizarro en su tesis doctoral El abastecimiento de agua a Córdoba. Arqueología e Historia bajaba por la Sierra entrando a la ciudad por la Puerta Osario y concluía en dos puntos: la plaza Gonzalo de Áyora y Ronda de los Tejares. El trazado se ha determinado mediante prospección visual, es decir, siguiendo el rastro de los pozos o las bóvedas visibles en la superficie

Estructuras hidráulicas en la avenida de Vallellano.

Estructuras hidráulicas en la avenida de Vallellano. / Víctor Castro

Aqua Nova Domitiana Augusta

El paulatino desarrollo de Córdoba motivó la edificación del otro gran acueducto, el de Aqua Nova Domitiana Augusta. Suministraba agua a la zona occidental y fue levantado en tiempos del emperador Domiciano (81-96 d.C.). Superaba los 13 kilómetros y tomaba agua del arroyo Pedroche a través de cuatro puntos. Su caudal era de 20.000 metros cúbicos diarios. Unía las cuatro tomas cerca del Molino de los Ciegos para llevar el agua en un solo canal, rodeando elevaciones de terreno y vaguadas. A las afueras de la ciudad lograba alcanzar una altura de hasta seis metros para desembocar en la Puerta Osario y la del Rincón.

Aqua Fontis Aureae

Había una tercera construcción de unos tres kilómetros de longitud. El llamado Aqua Fontis Aureae se utilizó principalmente para abastecer las viviendas extramuros y el palacio de Maximiano Hercúleo (actual yacimiento de Cercadilla). Se levantó entre los siglos II y III d. C y fue descubierto durante la construcción de la estación de autobuses, la cual conserva un tramo visible en el sótano. Tomaba el agua de la zona de El Patriarca, donde se encuentran dos manantiales.

Vaquerizo señala que Córdoba "fue la ciudad mejor abastecida de Hispania" y que estas construcciones demuestran "el poderío económico e institucional" de la misma. En líneas generales, define el abastecimiento de Qurtuba en esta época como "modélico y, probablemente, uno de los más complejos del Imperio".

Aqua Fontis Aureae en la estación de autobuses.

Aqua Fontis Aureae en la estación de autobuses. / Víctor Castro

Influencia en otras civilizaciones

Estas edificaciones fueron en parte aprovechadas por los musulmanes, quienes "reutilizaron gran parte de la estructura", señala Vaquerizo. El arqueólogo afirma que "utilizaron tramos del Aqua Vetus para dotar de agua a Medina Azahara", además "abastecieron a los edificios administrativos y las mezquitas con agua procedente de estos acueductos, aunque muchas partes estaban hundidas o abandonadas". En este punto, Vaquerizo recuerda que el califato "usaba métodos completamente diferentes a los romanos", puesto que "las casas empleaban pozos y arroyos para tener agua".

Los musulmanes aprovecharon el sistema de canalización romano

Tras la Reconquista, los cristianos también se apoyaron en la base romana y modificada por los musulmanes. Sin embargo, el progresivo deterioro del sistema de alcantarillado motivó que durante el siglo XV se construyeran nuevas infraestructuras, especialmente fuentes como la de Fuenseca (1476), la de Huerta del Rey (1492) o la de La Corredera (1498). Estas mejoraron la salubridad y el abastecimiento.

Además, el mapa de la red hidráulica actual de la ciudad conserva muchas similitudes con el de hace 2.000 años.

Hallazgos

Algunos vestigios de estas construcciones se encuentran repartidos por la ciudad. El más relevante de ellos se puede ver en la calle María la Judía, junto a la glorieta de Santa Beatriz, donde hay un fragmento de unos 2,5 metros del Aqua Vetus. Fue hallado en el año 2010 durante la construcción de 309 viviendas en el Cortijo del Cura, junto al Parque Figueroa. La arqueóloga de la obra, Fátima Castillo, declaró que se encontraron los restos "en perfecto estado". Se trata de un fragmento abovedado de hormigón romano recubierto con mortero, que tenía la función de impermeabilizar. En total, durante dichas obras salieron a la luz 70 metros de acueducto. Siete años más tarde también se localizó, durante unas catas arqueológicas para la edificación del hospital Averroes en María la Judía, dos metros del acueducto de Valdepuentes junto a dos muros romanos de 80 metros de largo. La idea era trasladar la primera construcción a una zona verde junto al centro, sin embargo, la no culminación del proyecto impidió esto.

Yacimiento del acueducto de Valdepuentes en María la Judía.

Yacimiento del acueducto de Valdepuentes en María la Judía. / Víctor Castro

Del Acueducto de Valdepuentes se localizó en la plaza Gonzalo de Áyora y Ronda de los Tejares dos hiladas de sillares en altura que se conservan en el Museo Arqueológico. En la avenida Vallellano se observan dos estructuras hidráulicas que sirvieron para el abastecimiento de la ciudad.

Frente a la iglesia de Juan Pablo II, en Huerta de Santa Isabel Este, hay restos del Aqua Vetus. El último de los hallazgos ha sido en la zona de la Huerta de Santa Isabel Oeste, donde se han hallado 180 metros de la construcción del siglo I, que quedará soterrada.

En 2017, en la Huerta de Santa Isabel Este también aparecieron ruinas del Aqua Vetus. En este caso se descubrieron más de 30 metros de canales. El arqueólogo de la excavación, Javier Ariza, detalla que "ningún tramo estaba en buen estado". "Antes de comenzar los trabajos sabíamos que había un acueducto cerca, pero no que estuviera en esa misma parcela, fue toda una sorpresa", explica Ariza, quien asegura que la construcción "hace un extraño giro en ese punto, lo que hace indicar que había un templo o un lugar sagrado allí que fue bordeado". En el interior del edificio se decidió conservar unos cinco metros.

En la calle Ambrosio se localizó en 1991 una inscripción fundacional del Aqua Augusta. Fuera del casco urbano, destacan los restos diseminados a lo largo de Santa María de Trassierra, como el de Fuente Palomero, donde comenzaba uno de los canales de Aqua Nova Domitiana Augusta o tramos de specus, o canales, próximos al Puente Viejo y a la antigua carretera de Almadén.

Abandono

Ariza lamenta que Córdoba, pese a contar con más de 34 kilómetros de estas canalizaciones, apenas posee hallazgos puestos en valor, ya que la inmensa mayoría han sido destruidos. El arqueólogo también incide en la falta de conservación de estos vestigios y asegura que "hace falta una labor de mantenimiento permanente". En este sentido, no se muestra muy optimista y lamenta que hay "muchos elementos de nuestro legado que se encuentran abandonados o desatendidos".

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