Ni cada 2 semanas ni cada mes: esta es la frecuencia exacta con la que debemos cambiar las sábanas según los expertos

La ropa de la cama está en constante exposición con nuestro cuerpo

Cambiar las sábanas ayuda a refrescar la casa.

Cambiar las sábanas ayuda a refrescar la casa. / Shutterstock

En nuestros hogares, muchas tareas cotidianas se realizan siguiendo tradiciones transmitidas de generación en generación, pero ¿realmente las estamos haciendo de la manera más correcta? Desde cómo doblar las toallas hasta cuándo es el momento adecuado para lavar las cortinas, son temas que a menudo generan confusión sin una guía definitiva de expertos.

Las dudas se extienden a la frecuencia con la que debemos cambiar las sábanas de nuestra cama. Aunque para muchos esta tarea puede parecer intuitiva, la realidad es que hay variaciones basadas en distintos factores como el clima, las costumbres personales y la salud.

A pesar de que muchas tareas del hogar pueden ser subjetivas en cuanto a su frecuencia y método, cambiar las sábanas de manera regular es crucial para mantener un ambiente limpio y saludable en el dormitorio. Seguir las recomendaciones de los expertos no solo asegura un mejor descanso, sino que también ayuda a prevenir posibles problemas de salud asociados con la acumulación de microorganismos en la ropa de cama.

Los expertos despejan las dudas: esta es la frecuencia con la que hay que cambiar las sábanas

Según los expertos en higiene y microbiología, como el microbiólogo Philip Tierno de la Universidad de Nueva York, cambiar las sábanas semanalmente es la recomendación general. Esto se debe a que durante el descanso nocturno nuestro cuerpo elimina sudor, células muertas de la piel y otros residuos que se acumulan en las sábanas, creando un ambiente propicio para microorganismos no deseados.

En verano, con temperaturas elevadas y mayor sudoración, algunos especialistas sugieren considerar cambiar las sábanas más frecuentemente, incluso cada pocos días, para mantener la frescura y la higiene. Por otro lado, en invierno, aunque tendemos a sudar menos, seguir con la práctica semanal es crucial para prevenir la acumulación de ácaros y bacterias.

Para aquellos que sufren de condiciones médicas que pueden aumentar la sudoración nocturna o que tienen alergias, la frecuencia de cambio puede necesitar ajustarse. En estos casos, se recomienda evaluar la situación individualmente y, si es necesario, cambiar las sábanas cada dos días o incluso diariamente para mantener un ambiente óptimo de descanso y recuperación.